Voy a apagar la luz. No quiero que me vea.
El polvo, mejor con la camiseta puesta.
No quiero ponerme encima a ver si va a morir por aplastamiento.
¿Por qué me miran todos? Ya sé que tengo la nariz grande.
¿Os suena? Seguro que alguna de vosotras ha pensado algo parecido en alguna ocasión. Bien. Este pensamiento no es de una mujer, sino de un hombre. Sí, los hombres también son inseguros. Sí, tienen complejos. Son como nosotras: personas que sienten y padecen.
Nos han enseñado de forma indirecta (o no tanto) que los chicos no lloran, que ellos no tienen problemas con su físico o, por lo menos, que deben callárselos. Es en nosotras en quienes parece recaer esa debilidad, ellos no pueden permitírselo. Y lo sufren en silencio, como quien sufre hemorroides, porque nadie quiere a un tipo acomplejado e inseguro. Tú quieres un hombre ¿verdad? Qué te haga ver las estrellas, que te empotre o que te mime, acomplejados aquí no, gracias. Pues ya lo siento, pero aquí no se salva ni el apuntador.
No todos los hombres están contentos con lo que les ha tocado. He visto cómo el tamaño del pene llevaba a un hombre hecho y derecho a apagar la luz y bajar las persianas con la esperanza de que la oscuridad ocultara la realidad que tanto temía. Y en esa ocasión y en la mayoría, la inseguridad se nota en el ambiente. Si el polvo no resulta satisfactorio él se cabreará, si no le devuelves la llamada post-coito, pensará que no le haces caso no porque fuera un gilipollas, sino porque tenía la polla pequeña. Siempre es la polla, pensará, malditas zorras. Sí, esto es así, porque resulta que para ellos -como para nosotras- el complejo se convierte en el principal culpable de todo lo malo que les ocurre, el protagonista de todas las miradas, pero en vez de asumir el problema, de enfrentarse a él, culpan a los demás. Como nosotras.
¿Sabéis cuál es la diferencia entre un hombre acomplejado de una mujer? Ninguna, salvo como he dicho antes: que nosotras podemos decirlo sin que parezcamos débiles. Podemos hablar de lo que nos preocupa con nuestras amigas porque parece que está implícito en el hecho de ser mujer, pero -aunque soy de las que creo que somos más críticas con las mujeres en lo que respecta al físico- también es cierto que en muchas ocasiones, muchos de ellos reciben comentarios horribles porque a ellos se la resbala o bah si estamos de cachondo ¿A qué no te molesta?. Pues no. Lo que ocurre es que no oímos decir a ningún tío que lo están pasando fatal por su calvicie inminente o lo mal que se siente cuando oye a la gente un joder qué asco parece que tiene un jersey puesto. No. Ellos no hablan de eso. Lo llevan como pueden.
Lo llevan como pueden sí, pero hemos de ser conscientes de que las palabras dañan a TODOS sin excepción. Ellos no están protegidos por una coraza y no son impermeables ante los comentarios negativos, como nosotras tampoco lo somos, así que no actuemos como si fuéramos distintos.
Personas del mundo, os diré una cosa: No pasa nada por compartir vuestras inseguridades, porque sois personas y, por norma general nadie se fija en esos complejos que tanto os atormentan, como a vosotros os es indiferente nuestras estrías y nuestro cuerpo fofo. Sois estupendos siendo unos tirillas, teniendo orejas de soplillo, cicatrices y enseñando vuestras lorzas. No sois perfectos. Nosotras tampoco. Disfrutemos de ello.
