SOS! Tengo las piernas como el palo de un chupa chups. Y no, no por su proporción respecto al tamaño del resto del cuerpo precisamente… hablo de su color blanco nuclear.

Soy blanca, pero blanca en plan degradado. Blanca de cabeza y transparente de piernas, tal cual.
Nunca me ha acomplejado mucho el tema, solo es un fastidio cuando tus amigas suben una foto en grupo con el filtro amaro, porque entonces ves como hay partes de tu cuerpo que desaparecen por completo.
En invierno lo tengo fácil, un par de medias, un pantalón largo… pero qué queréis que os diga, es llegar mayo y yo no vuelvo a coger un prenda larga hasta octubre prácticamente.Entonces pensaréis… cogerás color en 4 meses. No amigas, aquí una servidora no coge color ni estando 10 días en plan gamba en la playa. Solo os diré que me pasé una semana en una tumbona en Canarias y cuando volví mi abuela me dijo «que tú no has ido de vacaciones?» Real como la vida misma.
A lo que vamos, en este post os recomiendo los productos que hago servir para no parecer un gusiluz. O los que he probado para que tengáis varias opciones (aunque no todas me gustan por igual…)
En la época del pleistoceno cuando aún era una adolescente mi solución a todos los problemas eran las toallitas autobronceadoras, las más conocidas son las de Comodynes «Self-Tanning». Es una opción, no os lo niego pero la verdad es que ahora mismo es la última a la que recurriría. Actualmente podemos encontrar toallitas muy buenas pero le encuentro algún que otro inconveniente:
-No ves el color al instante, por lo que (al menos en mi caso) me paso de tono con facilidad.
– La aplicación nunca me queda homogénea por lo mismo que he dicho anteriormente, porque no veo en qué zonas ya he pasado la toallita y en cuáles no.
– Es muy fácil que queden marcas extrañas en la piel.
piernas bronceadas
Maquillaje para piernas, tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Tampoco es mi opción preferida. Caudalie sacó uno al mercado «Piernas Divinas» hace un par de veranos y la verdad es que queda muy natural. Se hace servir como un maquillaje de cara, pero en las piernas claro está.
No tengo quejas en cuanto al resultado ni la aplicación, lo único que no me gusta es que no es «fijo» y se va con agua. Si sudas o si te mojas desaparece fácilmente así que hay que ir con muuuucho cuidado para que no se note que lo llevamos.
Y lo mejor de todo para mi, las cremas autobronceadoras. Son geniales, su efecto no es completamente inmediato pero se va potenciando con el uso. Coges un color muy natural y puedes ir aumentando el tono gradualmente así que no queda para nada exagerado.
Mis dos favoritos son el «Sunific» de Lierac y la mousse «Self Tan» de St. Tropez.
También tenéis los potenciadores de bronceado, funcionan y te pones morenita que da gusto, siempre llevan factor de protección solar (o siempre debéis comprarlos con SPF). ¿El problema? Tienes que estar al sol obviamente, y en la oficina eso no es factible. Además el bronceado es de larga duración por lo que en febrero aún te acordarás de tus vacaciones y a veces esas marcas quedan feúchas.
Y por último pero no menos importante, antes de probar cualquiera de estas opciones: 1. Exfoliar muy bien las piernas 2. Utilizar una crema hidratante antes de la aplicación (que no sea muy aceitosa) y dejar que absorba bien para conseguir un resultado perfecto y uniforme.