Aquel verano, volví alegre y satisfecha a casa, segura de haber completado con éxito la primera jornada de la Operación Tizón. Y como es habitual, comprobé en el espejo del ascensor, que mi conversión en diosa de ébano estaba dando sus frutos. Ilusa de mí. En ese momento, quise que la tierra me tragase: no sólo estaba lejos de parecerme a la del lago azul, sino que me había convertido en un Hitler con pareo.

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Llegué a casa a punto del colapso, esperando que por alguna razón divina, el espejo de mi cuarto no me mostrase aquel bigote repentino. Pero allí seguía el cabrón. Tanta depilación por láser y tantos años manteniendo los pelillos a raya, para que ahora que me había librado de él, apareciese en forma de mancha imborrable. Y cuando digo imborrable, es IMBORRABLE. Eso no se tapaba ni con pintura plástica. ¿Qué puñetas había pasado? Pues pasó, que estaba tomando la píldora.

SOL + PILDORA ANTICONCEPTIVA = MELASMA

¿Pero eso no le salía sólo a las embarazadas? Pues por lo visto, (y para mi desgracia) no. Es una reacción muy común, mientras se sigue un tratamiento de sustitución hormonal y se toma el sol. Según me comentó mi dermatóloga (corrí como es Speedy González a su consulta), el melasma suele hacer acto de presencia en la frente, mentón, mofletes o en su forma más cruel: en el labio superior; y aunque te protejas la cara con tu crema habitual, sale cada vez que te da el sol. Además, su textura no es como el bronceado común, sino que es más dura y difícil de camuflar, sobretodo en verano, que estamos todo el día sudando.

¿La solución? Tras haber probado de todo, aquí va lo que consigue mantener mi bigote a raya:

Olvidarte del sol en la cara: A partir de ahora, lo de tener la cara morena forma parte del pasado. Y cuanto antes te mentalices, mejor. Además, este tipo de manchas son muy traicioneras, da igual que te hayas pasado meses cuidando al máximo que no te diese ni un solo rayo de más, que si un día te descuidas lo más mínimo, todo el trabajo se irá al cuerno. Loverconsejo: Ojito con los ratos en el agua, ahí eres carne de cañón.

Sombrero: Si sufres de melasma, este precioso y estiloso invento, debe de ir contigo a todas partes. Intenta que su ala sea lo más ancha posible, ya que muchas veces, al inclinarnos o al cambiar de postura, nos deja de dar sombra en la zona que queremos proteger. Loverconsejo: Yo no soy muy fan de los gorros y pamelas, ya que me resultan muy incómodos para tomar el sol, por lo que he encontrado mi salvación con las viseras, que además de ser mucho más cómodas y versátiles, ocupan infinitamente menos en la bolsa de playa.

Crema facial pantalla total: Olvídate de medias tintas y cosas como factor 30, eso ha pasado a mejor vida. Menos de una protección de 50 es inútil. Hazme caso. Yo te recomiendo: Crema solar antimanchas Tanit.

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Roll on: Además de la crema facial, os recomiendo que utilicéis sobre la zona donde aparece la mancha, un stick para zonas sensibles, que sea resistente al agua. Yo te recomiendo: Roll on para zonas sensibles de Avène.

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Crema despigmentante: Aquel verano, me salvaron la vida. Ya que una vez que la mancha ha salido, tarda bastante en desaparecer por si sola. Si por desgracia, no has podido evitar su aparición, te recomiendo que trates la zona afectada con una. Yo te recomiendo: Tanit plus. Os aseguro que es «el milagro antimanchas».

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