Pintarse los labios debería ser un must para todas las mujeres, y sobre todo de rojo. Está demostrado científicamente que el pintalabios rojo es bueno visual y psíquicamente.

En la universidad hice un trabajo sobre la psicología de los colores en publicidad, y descubrí que el color rojo era generalmente asociado a la agresividad, al amor, la pasión, el erotismo, la prohibición y el peligro. Pero si hablamos de pintalabios, el rojo es la realeza.

El pintalabios rojos es una fuente de fuerza. Te lo pones y repentinamente te sientes más capaz de lo que eras sin él

-Poppy King

Y Poppy tiene toda la razón. El color rojo da vida a la cara y nos hace parecer más jóvenes, porque con la edad los labios van palideciendo.  Ya sabes: el maquillaje fuerte, te hace fuerte. Y lo que ven los demás repercute directamente en nuestro cerebro. Cuando una mujer se pinta los labios de rojo quiere decir que no tiene miedo a llamar la atención, a que la miren o a mirarse. ¿Un dato brutal? En un estudio de la Universidad de Manchester, 50 hombres miraban una secuencia de varias fotografías de mujeres. Pasaban una media de 2,2 segundos mirando cada una de las fotos, frente a los 7,7 que pasaban mirando las fotos en las que la mujer tenía los labios pintados de rojo.

Esa es probablemente la razón por la que muchas no nos atrevemos (o atrevíamos en mi caso) a pintarnos los labios rojo. Da miedo pensar que te van a mirar tres veces más si lo haces, ¿verdad?. Pues no. Si te gusta, póntelo, y que los demás miren lo que tengan que mirar, si lo hacen es porque les gusta. Y sino, ¿a quién le importa?

Los labios rojos han sido escaparate de la sexualidad femenina y hasta identificaba a las mujeres relacionadas con el vicio en la antigua Grecia. Representantes de la clase social, ¡hasta para los hombres!. Motivo de detención en el Siglo XVII si las mujeres seducían a los hombres con este arma para casarse con ellos. Símbolo de la independencia y rebeldía femenina de las sufragistas en EEUU, algo en lo que por cierto, participaba Elisabeth Arden, que por aquel entonces ya tenía un salón de belleza en la Quinta Avenida. Muestra de poder e incluso un accesorio que debía ir a juego con el uniforme militar de las mujeres. No en balde, Christian Dior decía que era el color de su vida, también es el color de la mía, Monsieur.

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Parece una tontería, pero algo tan simple como el color de tus labios puede cambiar realmente tu forma de comportarte. Si Cleopatra era capaz de ponerse una mezcla de huevos de hormiga, escamas de pescado y escarabajos carmín molidos en los labios para conseguir ese color, tenía que ser por algo.

Os animo a todas las que no os atreváis con los labios rojos a que lo hagáis, a que os miréis y a que os miren, a que ninguna llegue a pensar, como hice yo alguna vez, que como nos sobran unos kilos, el pintalabios rojo no es para nosotras.

“Cuando me quiero sentir arreglada sin esfuerzo me pongo unas gafas negras y me pinto los labios rojos”

-Marilyn Monroe

Una Chica Curvy