Como cantaría  (si a eso se le llama cantar) ese grupo del que no me sé ni el nombre, pero que sigue on fire gracias a mis reliquias del Caribe Mix: «El verano ya llegó, ya llegó, ya llegó. Y la fiesta comenzó, comenzó, comenzó. El verano ya está quí para hacerte feliz…» Vale, paro (lo peor es que me la sé de memoria). El caso es que el verano ya llegó (por si no lo he dejado claro), y con él, los maravillosos días playeros, durante los cuales, nuestra única preocupación es como colocar los pechotes para poder leer boca abajo y conseguir un moreno «vuelta y vuelta» perfecto. Pero como toda mujer lagarto sabe, para que nuestra jornada de playa sea perfecta, también lo tiene que ser nuestra bolsa de playa.

Bolsa

Aquí os dejo un listado de lo que no puede faltar en la mía:

1. Bolsa (obviamente):

Y no, no vale cualquiera. Que ya os estoy viendo a muchas con la bolsa de turno, que regalan con las revistas. Tacañonas. Que yo también he pasado por eso y por rata, se me rompió en el momento menos apropiado. Os recomiendo que la bolsa de la playa que os llevéis, sea resistente y cómoda de llevar. Yo por ejemplo, que tengo alma de dominguero, me voy a la playa con todo el despliegue: hamaca, sombrilla, perros (donde me dejan) y a veces, hasta neceser térmico. Vamos, que sólo me falta «el Jonathan». Así que cuanto más práctica y cómoda sea la bolsa, mejor. Y si encima tiene cremallera para que no se nos meta la arena, ya la monda. Loverconsejo: Las bolsas transparentes y de plástico pueden ser un incordio, si vamos a sitios de arena fina, ya que se nos va a quedar toda pegada. ¡Puaj! Intentad usar otro material, como la rafia o el algodón.

2. Neceser impermeable:

Si hay algo que odio de la playa es la arena. Le tengo fobia total, así que imaginad mi trauma, cuando veo que se me ha metido arena dentro del bolso y que aparte de llenarme el móvil de granitos que jamás podré quitar, todas mis cremas están llenas de ese elemento tan desagradable y grimoso. Así que si como yo queréis proteger vuestras cosas más delicadas de terminar como croquetas, os aconsejo convertir un pequeño neceser impermeable en vuestro amigo inseparable.

3. Gafas de sol:

No sé vosotras, pero yo no puedo vivir sin gafas de sol. Ese maravilloso invento que además de proteger mis ojos, es mi salvación cuando tengo unas ojeras de esas que ni Fétido Addams. Así que gafas siempre, queridas. Y aquí pasa como con la bolsa: nada de colocarnos unas del chino. Que sí, que pueden ser divinas, pero también te puedes quemar los ojos.

4. Libro:

Nuestro compañero ideal que nunca defrauda, bueno, a menos que te lleves 50 sombras de Grey. Así que si eres una lectora empedernida (y no tocarías el libro anteriormente mencionado ni con un palo), estás de suerte, porque las Loversizers hemos recopilado nuestros must read del verano en un solo post, el cual, puedes ver pinchando aquí.

5. Protector solar:

Yo aconsejo que os llevéis tres. Un stick para zonas sensibles, una facial de pantalla total y una para el cuerpo. Para las que tenemos propensión a las alergias solares en zonas concretas, es ideal lo de alternar stick con protección normal.

6. Toalla:

Ya sabemos que los toallones XXL más gruesos que nuestro colchón, son lo más, pero también muy poco prácticos. Por lo que os aconsejo que os hagáis con una buena toalla/pareo. La cual, además de servirnos de vestimenta, es finísima, se seca en un pispás y no pesa nada.

 7. Sombrero:

No es nada nuevo que el sol es lo peor para las arrugas y para el pelo, y aún más si llevas mechas o tinte. Así que para que no volvamos a casa con el pelo naranja, os recomiendo que además de poneros una buena mascarilla protectora (eso siempre) os hagáis con un sombrero en condiciones, que además de proteger nuestra cabecita, lo haga también con la cara.