Pintarse los labios de rojo se ha convertido en un símbolo para las Loversizers. Nuestras jefas son incondicionales al rojo, muy como Paloma Picasso, que decía que los labios rojos eran el mejor vestido para el rostro. Los labios rojos son seductores, románticos, sexis, sensuales, pícaros y muy sugerentes. Un sencillo gesto que se convierte en una de las herramientas más poderosas que tenemos a golpe de barra de labios.

Pero hoy vengo a hablarlos de lo que nadie cuenta. Amigas, llevar los labios rojos puede volverse en vuestra contra.

Los dientes manchados de rojo son unas de mis pesadillas más recurrentes. Te sientes poderosa con tus labios ultrafemeninos, sonríes al mundo y en lugar de tu mejor sonrisa blanqueada, tienes dientecitos a lo cuñao color fresa.  Fail total.

 

Un truqui que os desvelo de Gordifuckingbuena para evitarlo:  basta con chuparos suavemente el dedo índice de arriba a abajo y ahí quedará el resto de pintalabios rojos que se iría directo a vuestros dientes. ¡Aprender de Marilyn!

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Los besos en general se complican al mismo nivel que el tono de vuestro pintalabios. Por las mañanas que me pinto de rojo, tengo que ir esquivando a toda mi familia y en lugar de estamparle unos buenos besos de despedida, tengo que rozarles cual mami pija de la jetset con besos inexistentes a golpe de mejilla.

Si me fallan los cálculos y le doy un beso en la cabecita al bebé, se le queda roja la calvita hasta el resto de los restos. En los labios, el rojo se quita a la primera de cambio, pero en las cabezas de los bebés, se vuelve permanente.

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Nuestros chicos, que ya conocen sus efectos colaterales, huyen despavoridos cuando nos ven salir del baño con los labios rojos cual  arma de destrucción masiva. Solo sucumben a ellos cuando los red kisses son el preámbulo de una noche tórrida.

Idem de ídem con las mascotas.

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Sonarse la nariz con los labios pintados de rojo es misión imposible. Haces un cuadradito pequeño con el clínex, lo acercas cuidadosamente a la nariz y te suenas. Miras el pañuelo de papel creyendo que lo has conseguido y ves que te has dejado la mitad del pintalabios rojo intentándolo. Shit!

 

Comer y beber en general es deporte de riesgo. Empiezas la comida toda cuqui con tus labios relucientes y terminas con los labios lamidos por una manada de gatetes. La única ventaja es que todos tienen claro cuál es tu vaso.

 

Si decides lavarte los dientes con los labios rojos, se te llenará el cepillo de rojo, la toalla y media cara. Es mejor tener la precaución de quitarte el color y volvértelo a aplicar después del cepillado.

Cuando te olvidas de que vas maquillada y te frotas la cara. O te muerdes los labios. O te pasas la lengua por encima. El caos es mayúsculo.

 

Llegas a las mil a casa, con más alcohol en sangre del que puedas aguantar y te metes en la cama directamente sin desmaquillar. A la mañana siguiente habrá pintalabios rojo en tu almohada, en tus sábanas y en toda tu cara.

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Los red lips levantan cualquier look, pero efectivamente hay que tener la precaución de combinar y equilibrar el maquillaje con la ropa, para no parecerte a  Carmen de Mairena.

¿También os pasa? ¿A favor o en contra de los labios rojos? Si estáis a favor y queréis minimizar estos daños, os recuerdo este post que hizo nuestra querida compi Andrea Nuñez sobre un fijador labial y seguir apostando todo al rojo.