No soy de las que maldice a la tecnología, todo lo contrario: creo que bien usada nos facilita la vida PERO MUCHO. No tengo que estar delante del ordenador para esperar un correo electrónico; puedo programar mis redes desde el autobús; el bendito FaceTime me permite charlar con los amigos que se fueron a vivir fuera y, encima, gratis, y un largo etcétera de ventajas que yo agradezco enormemente. El problema viene cuando  lo útil se convierte en una dictadura.

hitler

Me contaba el otro día un amigo que los lémures tienen una especie de Facebook. Estos animalitos van a cagar a un lugar concreto y, mediante sus excrementos, dejan información al resto de la manada. Supongo que la cosa se limitará al estado de salud, últimos alimentos y, quizás, edad del que ha dejado el truño. El caso es que la mierda es un medio de comunicación. «Como nuestro WhatssApp», decía mi amigo.

«No, querido, no», le dije yo, porque el lemur deja su mierda y el que quiere la mira, la huele o la toca sin que nadie le obligue. De la misma manera, el lemur cagador, caga, se pira y nadie le molesta más. Nadie va a su casa a decirle por qué no cago ayer, o por qué había comido geranios.

no

En cambio, nosotros los humanos debemos estar disponibles. Que no se te ocurra no contestar al teléfono o pasar del WhatsApp. Aún recuerdo cuando salió el famoso doble check. Lo publiqué en Facebook, para que luego no digan que soy insociable: «Me importa un huevo el doble check. Pienso contestar cuando me apetezca y si me apetece». Uy, lo que ha dicho esta. Lo de que la gente sepa a qué hora estás conectado o que aparezcas en línea ya es MUY FUERTE.

wow

Pero gentes, que el hecho de llevar un cacharrito con pantalla en el bolso, no significa que esté siempre dispuesta a contestar. Y no hace falta que esté ocupada, o que no lo oiga, o que no funcione. Es que tengo la plena libertad de hacer lo que me salga del toto, sin necesidad de poner ninguna excusa. No siempre quiero hablar con una amiga, o con mi madre. No estoy obligada a responder un mensaje por el simple hecho de que a alguien se le ocurrió enviármelo. No voy a entrar en el tema de los grupos, mucho menos en el de las Madres del Cole, del cual me he librado POR SIEMPRE JAMÁS. Tampoco voy a criticar (o sí) a quién ni te mira a la cara durante la cena porque tiene la suya inmersa en su pantalla. De lo de los niños con móvil, mejor hablo otro día porque me da para diez artículos.

Que el humano tiende a controlar a sus semejantes no es nada nuevo, que a algunos les gusta ser controlados, tampoco. Yo, de momento, haré como los lémures, informaré sin exigencias y esperaré lo mismo, pero sin cacas, por favor.

bye