Que las empresas españolas estén subsistiendo a base de fichar becarios es un drama, eso no lo voy a negar, pero es que a mi me gusta verle el lado positivo a todo y esto no va a ser la excepción. Con una duración media de 3 meses por beca, a 4 becarios por departamento de los cuales la mitad son hombres = mi oficina es un campo de nabos frescos y listos para servir. Entre toda la oferta no es difícil que alguno de ellos te llame la atención. Obviemos la diferencia de edad, obviemos que eres su jefa, obviemos que él ha entrado en la empresa para aprender y ser un futuro hombre de bien. Cuando empiezan las miraditas disimuladas por encima de la pantalla del ordenador estás perdida y esto es lo único que puede pasar — >

Antes de lanzarte de lleno al mundo becario, te recomiendo tengas en cuenta los siguientes pros y contras:

Pros: 

– Liarse con un yogurín siempre es bien. Léase mi post anterior sobre cougars y jovenzuelos.

– Te sorprenderás a ti misma arreglándote como para ir a misa cada mañana. Querrás impresionarle cada día y desaparecerá la pereza para maquillarte.

– JFK y Clinton se liaban con sus becarias (¿es esto realmente un pro?)

Contras:

– El exceso de confianza SIEMPRE trae problemas. Si la noche anterior has palpado sus partes más íntimas, es probable que se te haga raro echarle la bronca en la reunión de los lunes.

– Te bajas las bragas y se te suben a la chepa.

– Que los otros becarios se celen. No das abasto con todos.

Si has decidido que te quedas con los pros y te vas a lanzar a por él, tienes que saber lo siguiente: lo de follar sobre la fotocopiadora solo pasa en las películas. Para empezar porque en mi oficina ni siquiera tenemos fotocopiadora y para seguir porque en esas nuevas que hacen ahora tan pequeñitas no cabría ni la mitad de mi culo. Eso es muy fantasioso y así como de otra época, ahora lo que triunfa son los chats internos de empresa. Gracias a las maravillas de la tecnología podrás intercalar mensajes de trabajo con pildoritas de chat erótico, siempre teniendo cuidado de pulsar su nombre correctamente y evitar mandar a tu jefe los detalles sobre lo mucho que te gustó su bajada a los altares del día anterior (true story).

Llegará un momento en el que por mucho que intentéis evitarlo, toda la oficina se enterará de lo que estáis tramando. Y si habéis conseguido ocultarlo durante un año, habrá un momento clave en el que se descubrirá el pastel: LA CENA DE NAVIDAD. Porque todos sabemos que las cenas de empresa las carga el diablo y de ellas no sale nada bueno. Es totalmente imposible que superéis una de estas quedadas satánicas sin ser descubiertos y de ahí la importancia de darle a tu historia un final digno.

Y es que quién sabe, quizás tu becario algún día deje de serlo y se incorpore a la plantilla. En ese momento, cuando asumas que tendrás que verle cada día durante sabe Dios si meses, años o lustros, agradecerás haber acabado zanjado vuestra historia como adultos.

Siempre os quedarán las cenas de Navidad para rememorar aquellos divertidos revolcones y la máquina del café para rozaros disimuladamente al coger azucarillos. Un escarceo es SIEMPRE bien, en la oficina no iba a ser menos. ¿Te atreves con el ‘mundo becario’?