Estaban aquí muy benévolas las amigas de Weloversize hablando sobre las cosas que realmente les pone de los tíos y tal. Y entonces pensé que hay algo todavía más importante que las cosas que nos excitan, y eso son las movidas que nos dan un asco terrible. Queridas, esta es mi lista oficial del antimorbo.

1. Los tíos que escupen por la calle.

No puedo, esto es algo superior a mis fuerzas. No se me ocurre razón alguna para que la gente obligue al resto a ver cómo lanzan ‘lo mejor’ de si mismos al suelo. Ese carraspeo, ese pollo viscoso. Mejor no sigo.

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2. Las espaldas peludas

Esto es genético, sí. Pobrecitos, me diréis. Bueno. Yo sufro y me contorsiono para poder depilar mis partes íntimas ‘hasta lo profundo’, qué menos que pasen la segadora por esa manta lumbar peluda que algunos tienen. Si es cuestión de pasta, yo ayudo a financiar el láser, lo prometo.

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Holi, estoy ahí, detrás de esa sábana santa de pelo

3. Las camisetas de tirantes fuera de recintos deportivos

Otra de esas cosas que no entiendo que se pongan de moda. Vale que hay que lucir lo que tanto te ha costado currarte todo el invierno en el gimnasio, PERO ASÍ NO. Una manguita hombre. Una manguita corta y soy toda tuya.

4. Las cejas depiladas

 ¿Conocéis a algún hombre al que le queden bien las depiladas? YO NO. Una cosa es quitarse el entrecejo para evitar el FridaKahlismo, hasta ahí llego, pero cuando se lanzan al vacío y empiezan a darle formita y quitar pelitos de aquí y de allá. SOS. ¿Pero por qué? ¡Si duele! ¡Si es trabajo extra! ¡Si muchas de nosotras nos dejamos flequillo precisamente para no tener que hacerlo! Pues nada oye, se pone de moda lo de depilarse las cejas y allá que van todos. Pero a mi un tío que las lleva más depiladas que todas mis amigas me da el mismo morbo que los que llevan más escote que yo. CERO.

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Sexy man #NO

5. Los dientes podridos

No hace falta una sonrisa Profident y un blanco que ilumine la noche más oscura, pero sí unos mínimos de higiene dental y un aliento fresquito. Por Dios santo. No hablo de una sonrisa con paletos separados (tipo Quim Gutiérrez, hola cásate con nosotras), ni de llevar aparato, ni de que se te hayan descolocado un poco los piños por culpa de las malditas muelas del juicio. Hablo de esos tíos que tienen los dientes tan (verde) fosforito que casi brillan en la oscuridad. De esas personas cuya dentadura te desconcentra y te inquieta en partes iguales. Sé que los implantes dentales son caros, pero si te faltan piños háztelo mirar.

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6. Los fardahuevos

Para nadar en la piscina, bueno, bien, aceptamos pulpo como animal de compañía. Pero para todo lo demás (Mastercard) es preferible evitar que piensen que vas en bragas. Ellos dicen que es cuestión de comodidad, yo no lo veo claro. A mi me baja la libido a los pies y no puedo evitar pensar que si en algún momento el maromo se pone cachondón… ¡se le va a salir por arriba!

7. Los tíos maleducados

Abren la puerta y pasan ellos primero. Piden las cosas sin favor y no dan las gracias cuando la camarera trae las cañas. Te invita a salir con sus amigos pero una vez en el garito ni te los presenta. Se pone a fumar en tu casa sin preguntarte si te molesta. Sí, esos suelen ser los mismos que cuando se corren ellos, se acabó el sexo. Cuando la buena educación brilla por su ausencia el antimorbo hace su aparición y me dan ganas de salir corriendo. Cuando me topo con uno de estos siempre pienso, ¿qué narices le habrán enseñado a este tío en su casa?

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8. Los que llevan tatuado el nombre de su ex

Nada más que añadir.

9. El olor a rancio

Y no digo olor a sobaco (que también). Hablo de esas personas que huelen como a almohada llena de babas después de dormir la siesta. Es un olor innato, que no se va con nada y que a mi personalmente puede llegar a darme arcadas. No sé si es cuestión de la piel, del PH o simplemente de que en su casa no se lleva lo de lavar las sábanas, pero este tipo de tíos están en mi top de asquito particular. Es que es acercarme y…

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10. Las uñas largas, especialmente la del meñique.

No amigo, no eres Rayito y la excusa de tocar la guitarra no cuela. Tú y yo sabemos que esa longitud en esa uña en particular solo sirve para quitarte cera de los oídos o paluegos de los dientes. Hagas lo que hagas con ella NO está bien y que sepas que tirará por tierra tus ya de por sí tristes opciones de polvo. O tu uña o yo.

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WTF. ¿Qué mierda ha pasado con Rayito?

Autor: Fattie Bradshaw