¡Sí señoras! Ya estamos en pleno veranito. Vacaciones, terraCEO, bronceado, tiempo libre, viajes, siestas de 4 horas, chiringuitos y PLAYA/PISCINA (en adelante, playina, porque es muy coñazo escribir y leer playa-barra-piscina todo el rato)… De las mejores cosas de la vida, sin duda. Pero como cada año, siempre hay pequeñas putaditas que sólo sufrimos las gordas (bueno, puede que alguna flaca también, pero no tengo el placer), y que nos joden bastante el disfrute de la playina, o al menos YO, que soy una gorda pro, las sufro TODAS. Y a ti, ¿te suena alguna?

1. Nos bronceamos a parches. Y es que mi cuerpo es TAN vasto (que no basto) que al pobre solito no le da la vida para llegarme a todos lados. Me lo imagino con sus amigos los planetas y los astros en la cafetería de moda en la Vía Láctea diciendo ‘mira, yo es que necesito días de 30 horas… Me tienen todo el día currando, explotado, y encima ¡gratis!’ Eso, o que también el sol es un puto gordofóbico, que podría ser, ¿eh? Lo mejor es cuando estamos estiradas en la toalla y la papada nos tapa un trozo de cuello que SIEMPRE se nos queda blanco y tenemos que andar maquillándolo con 3 tonos más oscuros; o esas chichas de la barriga que hacen que se nos queden rayas blancas en medio y parezcamos putas zebras. ¡Qué divertido!

2. Y ni pienses que te vas a poder broncear el culo o la barriga. Olvídate, porque no hay bikinis para aquellas gordas que queramos broncear nuestras partes nobles con un mínimo de decencia y sin tener que ir enseñando el coño por la playina. Las gordas bien tapaditas, siempre. ¿Acaso has intentado encontrar bragas de bikini tipo brasileña para una talla más allá de la 48? Misión imposible. No queda otra que coger tu fatkini o bañador y metértelo por el culo, literal.

3. Se te salen las tetas del bañador. En la playina no nos queda otra que meternos en el agua con mucha dignidad y controlando cada paso. Olvídate de tirarte de bomba, de cabeza, o de entrar en el agua corriendo a lo Pamela Anderson en Vigilantes de la Playa (cosa que a mí, por cierto, me encanta hacer, y más de un disgusto me ha dado la gracieta) porque lo más probable es que acabes con un ojo morado debido al tetazo que acabas de recibir, y que la teta se te quede por fuera del bikini, a no ser que resuelvas rápidamente la situación. Que no pasa nada porque se nos salga una teta, oye, pero a mí el material pa‘ pajas me gusta darlo voluntariamente, no por accidente.

4. Si te acuestas en la arena o en el suelo, ahí te quedas. A mí por lo menos me cuesta la misma vida levantarme con un mínimo de dignidad. Tengo que hacer posiciones súper extrañas, incluyendo el quedarme a 4 patas, para poder ponerme en pie. A último remedio siempre puedes llamar al servicio de grúas Mapfre,que para eso pagas el seguro, ¿no?

Latrice Royale, puta ama.

5. Como te arrolle una ola en la orilla… la cagaste. Yo me siento cual ballena varada y espero pacientemente que lleguen los de Greenpeace a echarme agüita por encima.

6. Si de normal te rozan los muslos… no te digo ná con el salitre. Prepara esos mini shorts de ciclista que tienes ahí escondidos al fondo del bolso porque los vas a necesitar cuando salgas de allí.

Amy Poehler, de Parks and Recreation

7. Se te gasta el protector solar antes que a tus amigas las flacas. ¿Cómo me voy a comprar un protector de 20 euros si para cubrir toda esta superficie de cuerpo necesito 2 botes? Y qué risa me dan esos que son invisible spray, que disparan un agüita transparente y en dos pulverizaciones se te gasta entero, ¿WTF, Isdin?

 

8. No cabemos en las toallas estándar. Estoy HARTA de comprarme toallas tan monas de Oysho/Primark, con sus palmeras y sus flamencos, para luego acabar desparramada en ella con medio cuerpo en la arena. Si alguien sabe dónde conseguir toallas XL, por favor que me lo diga.

 

9. Lo mismo con los pareos. Yo es que no me pongo uno desde 2005. ¿Tan difícil es ponerle un cachito más de tela para que me cubra el culo, el mondongo y que me dé para hacerme un lazo más o menos decente?

10. Y si, finalmente, decides que ya has tenido suficiente con tanta playina y estás hasta el chirri de tanto despropósito, te vas al chiringuito… Y NO CABES EN LAS SILLAS DE PLÁSTICO (o se te clavan en las lorzas y te levantas de allí con un tatuaje que ni la Kat Von D).

 Así que nada, gordas mías, hemos conseguido romper muchas barreras en cuanto al momento playina, pero parece que todavía nos quedan muchas cositas por solucionar… Mientras tanto, y a pesar de estas 10 tonterías, seguiremos luciendo mondongo este verano ¡¡le pese a quien le pese!!

*Imagen destacada del blog Flight of the fat girl.