Tener el pelo graso es uno de los dramas del S.XXI, no importa los tratamientos que hayas probado ni lo mucho que hayas rezado para que una mañana te despiertes con tu cabellera limpita, fresca y libre de grasa porque probablemente vayas a convivir con esto toda tu vida. Lo mejor es llevarlo con humor y aceptar todas las cosas por las que vas a pasar.

 

1. Llevas coleta para disimular la grasa. Y esto es así. Porque si tienes la gran suerte de que el pelo te dure limpito más de 24 horas eres capaz de peregrinar a Roma de rodillas.

2. Envidias a tus amigas de «pelo no graso». Seguro que en más de una conversación alguna de ellas ha soltado con toda la frialdad el mundo y un descaro que aún te duele: «Me planché el pelo el viernes y todavía me dura, a lo mejor me lo lavo mañana que ya es martes». Pues qué bien Pepita, yo me lo lavé viernes, sábado, domingo y mañana martes me toca coleta (guiño, guiño).

3. Has probado todos los trucos para pelo graso habidos y por haber. Vamos que te conocen en la farmacia, en el dermatólogo y en los herbolarios de tu Comunidad Autónoma y los anuncios recomendados de google son siempre de champús.

4. El champú en seco se ha convertido en tu salvavidas y lo primero que metes en la maleta cuando viajas es ese spray que te da unas horas extra de pelazo.

5. Sueñas con que vuelva la época de la gomina para disimular que ayer no te lavaste el pelo y encima ir a la moda. Bueno y que a lo mejor encontrarte a un Denny Zucco vale como bonus track.

6. Tu madre te insistía en que si dejabas de lavártelo todos los días la grasa se «regularía». FAIL. El pelo graso siempre volvía y por favor, please, si alguna tiene una madre que no le obligaba a estar entre dos y tres días sin lavarse el pelo para «acostumbrarlo» que me mande su dirección para enviarle un ramo de rosas por su cumpleaños.

7. No piensas en hacerte flequillo por mucho que te digan lo que te favorecería. «¿Estás mal de la cabeza? Tengo el pelo graso y no quiero llevar 4 pelos pegados a la frente media hora después de salir de la ducha».

8. Planificas tu ocio en función a tu pelo. ¿Salida del viernes por la noche? Sabes que te lo lavarás por la tarde incluso si te lo lavaste por la mañana antes de ir a trabajar porque a las 12, como a Cenicienta, te saldrá grasilla de las raíces y arruinará el plan.

9. Si pasas tres días encerrada en casa sin pasar tu cabellera por la ducha te sientes Repu la cerda. Y por supuesto si al tercer día llama alguien al timbre te cuidas muy mucho de salir sin un buen moño que esconda la suciedad acumulada.

10. Cuando por fin sales de tu cueva con el pelo limpito y oliendo a ortigas salvajes te sientes la mujer más sexy del planeta, ya quisiera Sansón tener tu pelazo.