Viajando te encuentras a gente muuuuy rara (y a veces muy desagradable) que pueden arruinarte el trayecto hasta tu destino final y hacen que se convierta en un infierno. Aquí 10 personajes típicos de aviones que parce que siempre me tocan a mi:
- El que quiere tu asiento. Una vez entre en el avión y fui directa a mi asiento, que era en ventanilla, y me encontré a una señora sentada en el. Muy amablemente le dije que ese era mi asiento, y también muy amablemente me dijo que ya, que el suyo era el del centro pero que prefería ventana. La señora estuvo 10 minutos negándose a levantarse porque decía que “¿por qué tenía que sentarme yo ahí si ella también lo quería?”. Porque es mi asiento, lo pedi al facturar la maleta y me mareo si no voy en ventanilla no le pareció suficiente, menos mal que la azafata salió al rescate.
- El que se te cuela en la cola. Suelen hacerlo disimuladamente, se van acercando, hacen que miran el letrero, el reloj, se les cae el pasaporte, se tropiezan, evitan un meteorito y bum, de repente están delante de ti. Si nadie va a quitarles el sitio…
- El que te da la murga. No se que manía tiene la gente de ponerse a hablar con una cuando vamos en avión, autobús, tren… Un hola, qué tal, que frío hace aquí, ¿vas de vacaciones?, que mono tu bolso… vale, acepto, pero cuando ves que la señora de al lado te está contando cómo hace el potaje, estás perdida.
- La azafata que es un ajo. Yo entiendo que hay pasajeros muy pesados y muy maleducados, pero oye, que solo te he pedido un poquito de agua, no hace falta comportarse como la Reina de Corazones y pedir mi cabeza…
- El que se empeña en que tu maleta es suya. Siempre que voy en avión y estoy esperando la maleta me siento como una policía, siempre creo que alguien me la va a robar y localizo todas las salidas para estar atenta. En una ocasión, una señora se llevaba mi maleta y fui corriendo tras ella, tuve que abrirla para que se diera cuenta de que era mía y no suya.
- El piloto graciosillo. Las bromas están bien para romper el hielo, pero para las que somos unas cagadas y hacemos el testamento antes de subir a un avión, no mola nada que el piloto diga cosas del tipo “no se preocupen que tengo experiencia en aterrizajes forzosos”. #truestory
- El que va más acojonado que tú. Ese que va a tu lado y todo el rato dice cosas del tipo “¿esto se mueve mucho no?”, “uy ese ruido no es normal”, “huele a quemado”, “creo que estamos bajando”… y consigue ponerte de los nervios aunque tu sabes que el avión es el medio de transporte más seguro que hay.
- El que llega tarde. Esto es un clásico, estás en el avión, cinturón abrochado, asiento vertical, mesa plegada y de repente dicen que estamos esperando a un pasajero que ha facturado pero aún no ha entrado en el avión. Cuando entra, media hora después, con una bolsa del Buguer King en mano, dan ganas de asesinarlo y convertirlo en nuggets de pollo.
- El que bloquea todo el pasillo del avión. Reconozco que yo a veces estoy en este grupo, pero cuando lo veo desde fuera, me desquicio. Coño, coloca tus cosas arriba y ya sacarás los cascos, la revista, el libro, la lima de uñas o la CocaCola del bolso un poco más tarde…
- El bebé que llora, y mucho. ADORO a los bebés por encima del bien y del mal y me los llevaría a todos a casa, pero en los aviones no puedo con ellos. Siempre que oigo a un bebé llorar pienso “pobres papás”, porque estoy segura de que son los que peor lo pasan cuando no hay forma de callar a esos pequeñajos.
Si sigo un rato se me ocurren 20 más, pero creo que con un decálogo básico es suficiente…
Autor: Alba Manzor.
