No es que me coma a la gente que me habla, pero hay gente que habla demasiado y desde luego, estarían más guapos calladitos.

  1. La señora random que me da consejos que no he pedido.
    En el gimnasio, en una tienda, parándome por la calle. Todas tienen la clave para que adelgace y por supuesto, opinan que qué pena con lo guapa que soy de cara.
  2. El taxista con el que no fluye la conversación.
    No hay necesidad, si no tenemos más de qué hablar, no siga, por favor.
  3. La amiga de mi amiga que no me conoce y no para de preguntarme cosas íntimas.
    No tengo ni que explicar esto, ¿no?
  4. La persona rara de la parada del autobús.
    Si hay alguien raro, con ganas de insultar o de explicar la próxima venida de los extraterrestres, vendrá a hablarme a mí. De todas las personas que haya esperando, yo soy la elegida.
  5. El dueño del perro que cree que porque nuestros perros se huelan el culo tenemos que ser BFF.
    Interactuar y ser amable, OK. Pero si ves que no te doy bola e intento irme, ¿por qué me cuentas tu vida?
  6. El vecino que solo habla del tiempo en el ascensor.
    Yo también vengo de la calle, señor.
  7. La señora que intenta saltarse una cola o que le de mi número o que en definitiva, cree que soy idiota.
    Tengo la misma prisa que usted y no me está distrayendo.
  8. El tío al que le has dicho que  te deje tranquila.
    Tampoco lo tengo que explicar.
  9. Los que solo hablan de ellos mismos y jamás te preguntan qué tal.
    La peor gente.
  10. Las personas que pretenden que les hables REAL.
    Me estás viendo que estoy haciendo cosas, no te estoy escuchando, te lo he dicho, ¿por qué me sigues hablando?