1. Comer bien y un orgasmo, para ti van de la mano.

Comer, dormir y follar bien es super top, sobre todo all together.

A mí me gusta tanto comer que muchas de las veces en las que lo hago acompañada produzco reacciones de lo más diversas; entre la sorpresa, la incredulidad y la risa tras un incontenible y efusivísimo ¡ Mmmmmm ! ¡ Dios, qué bueno !

 

yum

 

2. Muchos de tus recuerdos son lo que comiste aquel día.

Cuantos más sentidos se activan mas vívido es el recuerdo, y con la comida trabajan todos a tope.

De muchos viajes lo que más recuerdo es el gran placer que sentí comiendo aquel brioche de chocolate en París, la pringá en Sevilla, la pedazo de hamburguesa del Hard Rock en Nottingham; pero sobretodo las croquetas de mi abuela cada vez que voy al pueblo. ¡ Benditas abuelas que nos hacen “volver a casa por Navidad” a golpe de puchero !

 

3. Que cocinen para ti es uno de los regalos que más aprecias y viceversa.

Cuando del modo más experimental acierta de lleno en la mezcla de sabores y especias es lo más. Conoce tu paladar de verdad, y eso es super cuqui.

Yo adoro hacer tartas cumpleañeras intentando encontrar la combinación perfecta para abrir ese corazón desde el estomago, cual caja fuerte.

 

4. Si decides cocinar algo o ir a un restaurante concreto eres capaz de saborearlo horas, e incluso días antes.

Porque sabes lo bueno que está y lo mucho que lo vas a disfrutar.

Meses antes de ir a Madrid me los paso saboreando el Teriyaki de Musashi y su brutal helado o flan de matcha. Y por supuesto, siempre, siempre, la tortilla y las croquetas de mi adorabilísima abuela.

 

5. Si has conocido a alguien rarito con las comidas desconfías totalmente de esa persona.

Porque cada uno tiene sus filtros : que si ves este tipo de cine o escuchas tal tipo de música… si el otro no valora esta parte de tu vida y disfrute tan importante para tí …. NEXT!

Entiendo que es muy popular el odio por las coles de Bruselas, pero si no te gusta ni el queso ni el chocolate, ninguno de los dos; amigo… háztelo mirar.

 

gaga

 

6. Si sabe comer, tu imaginación vuela a planear todos los platos que podreís compartir.

Si puedes hacer lo que más te gusta con alguién tan apasionado por ello como tú, el placer es doble.

Si mi ligue de turno es paladarmente abierto tengo una razón más para adorarle y empezar a soñar con que receta sorprenderle, o dónde podríamos ponernos ciegos a orgasmos bucales.

 

lover

 

7. Te ha tocado resoplar varias veces a boca llena porque no pudiste esperar.

Llevar horas, días, o lo que  sea saboreándolo te hace lanzarte como un loco en cuanto tienes la oportunidad.

¡ Pues no me he quemado yo veces con las croquetas !

 

8. Si te dijeran que volver a comer eso que tanto te gusta sería la muerte, eso mismo te mataría.

En serio; NO. Con tu comida no se juega.

¿ Adiós chocolate ? . ¡ Paren que me bajo de la vida !

 

suicide

 

9. Para cada actividad tienes una comida o bebida que necesariamente han de ir acompañadas.

Si no es así, la experiencia te resulta incompleta.

Ir a la playa sin sandía, a surfear sin galletas de chocolate, o ver una buena peli sin pizza es inconcebible.

10. Cada estación tiene un sabor para tí, algunas personas también.

Durante el año la temperatura y el ánimo varían, como lo que te llevas a la boca.

La sandía me sabe a verano, la primavera a crema y el invierno a vino caliente y bollos de canela. En otoño simplemente me siento rara.

 

Me gusta tanto comer que hasta a besos como.

Y mi cabeza…. ¡ esa sí que me la como y repito !

Lo único que me da miedo comerme es el Fugu, ( culpa de Los Simpsons ) y el Mundo; al que le voy dando mordisquitos discretos para que no se me atragante.