Si hay algo de mi físico de lo que me siento especialmente orgullosa, es de mi pecho, aunque os confieso que a los once años me lo aplastaba con esparadrapo para ser «normal». Gracias a Dios eso pasó y hoy en día, me hace sentir femenina y sexy. Me gusta enseñarlo, llevar escotes bonitos y cuidármelo a tope. Es por eso, que me da tanta rabia que en el mundo de la moda, salvando escasas excepciones, las personas con escote prominente seamos un sector bastante discriminado. Y lo curioso es, que a pesar de que el aumento de pecho es una de las cirugías más demandadas, parece que a la moda eso de los pechos grandes no le termina de parecer bonito.

Aquí van doce cosas con las que la industria textil nos intenta amargar la existencia:

El corte imperio.

Llevo toda mi vida maldiciendo a Josefina Bonaparte por ponerlo de moda. Más que nada, porque tiene el increíble efecto de convertirnos en una mesa camilla en cuestión de segundos o lo que es peor, en una  embarazada.

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Los petos.

¿Sabéis esa gente qúe parece que su tripa es una prolongación de sus tetas? Pues lamento decirte que si te pones peto, pasas a ser “esa gente”.

El escote halter.

Favorecer, favorece, no os lo voy a negar. Pero ¡ay amiga! cuando a medida que abrochas el cogote y ves cómo se te sale la materia prima por los sobaquillos.

La ropa sólo apta para ir sin sujetador.

Si hay algo que una tetona no puede (debe) hacer, es ir por la vida sin sujetador. Las espaldas al aire, las transparencias y los escotes hasta el ombligo, son igual de bonitos como inviables. A menos que tengas el súper poder de ser inmune a la fuerza de gravedad, debes intentar poner a tus protuberancias un poco en orden, principalmente para no sacarle un ojo a nadie de un tetazo.

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Los inventos para poder ponernos la ropa del punto anterior.

A ver que me explique, los tirantes transparentes son eso, transparentes. No invisibles, más feos que el demonio, por cierto. Por no hablar de esas cazuelas de silicona adhesivas, más caras que un riñón, que sujetar no sujetan un carajo y que encima, parece que has robado unas prótesis mamarias usadas, de la basura de un hospital.

Los bikinis con las dos partes de la misma talla.

Aunque parezca mentira, todavía hay tiendas en las que es imposible llevarse un sujetador de una talla más que de braga. Si por la industria fuera, iríamos todas con la braga del bikini como si nos hubiésemos cagao. Eso sí, lo confieso: he sido mala, suelo sacar la picaresca española que hay en mi y darles el cambiazo.¡Huahahahahaha!

Las blazers.

Si una americana te va perfecta de brazo, hombros y sisa, jamás lo hará de pecho, es un hecho. Por lo que he llegado a la conclusión de que las blazers no se abrochan, es todo mentira.

Los bikinis bandeau con volantes.

Con esto pasa como con el corte imperio, la única diferencia es que en vez de en mesa camilla, te conviertes en la versión a escala natural de los Cabbage Patch Kids.

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El tercer botón de la camisa.

Ahí estás tú, probándote esa blusa tan bonita, cuando de repente, al abrochar el botón a la altura del pecho, eso no se cierra ni a tiros y para variar, no hay más talla. Por más que aplastas el pecho y contienes la respiración, eso sigue más tenso que las rodillas de Falete. Y sólo te quedan dos opciones: quedarte sin la camisa o asumir el riesgo de que cada vez que te la pongas, el maldito botón te la jugará cuando menos te lo esperes.

Los sujetadores deportivos.

Lo de encontrar un modelo que proteja a tus pechos de terminar bailando zumba mejor que tú, es algo complicado. Sobre todo, si no quieres arruinarte en el intento. Que existen, sí, pero que a nosotros no nos suelen servir los ‘tops’ bonitos que venden en todas partes.

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“El escote elegante” según la prensa.

Mismo vestido, diferentes mujeres. Si la que lo lleva es Sienna Miller, los críticos se desharán en halagos, las revistas de moda invadirán nuestros timelines con la foto de Sienna bajo un título que anuncia: “Las mejores vestidas de los Oscars” o “Cómo saber llevar un escote”. La cosa cambia si por el contrario, ese mismo vestido lo osa llevar por ejemplo, Scalett Johansson. Es cuestión de segundos que la prensa la catapulte a la temida lista de las peor vestidas, clasificando su atrevimiento como “ordinario”.

 Escote en ropa plus size ¿qué es eso?

A ver, si yo me compro una 44 es porque quiero cubrir mis michelines, no mis tetas. Además, de siempre es sabido que ópticamente, todo lo que lleve un poco de escote, estiliza una barbaridad. Que quiero vestirme, no meterme a monja.

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