Seguro que algunos de tus mejores recuerdos son de ese viaje con amigas de fin de selectividad, con las amigas de la uni, el finde loco con las becarias. Te acordarás de mil y una anécdotas: ligues, borracheces, alguna intoxicación alimentaria y broncas monumentales con sus correspondientes reconciliaciones amorosísimas.
Y muchas, muchas situaciones como estas:

1. Si os vais en coche siempre aparecerá alguna con una maleta descomunal de la cual por supuesto no había avisado. Primera bronca.

2. Y en el coche, claro, os pondréis hasta arriba de mierdas porque mientras se va en coche hay que comer: donettes, doritos, regalices. Y cantar a gritos, claro. Y rajar, claro. Y os perderéis, claro.

3. A la hora de hacer la maleta, se hace entre todas, quién lleva secador, quién planchas. Alguna llevará de todo, otra de nada. Alguna luego dejará todo, otra nada y hará como que no te ha oído cuando preguntes quién tiene acondicionador.

4. Cuando vais a repartir habitaciones, hay parejas inseparables. No las intentes separar, aunque no lo hayan dicho van a dormir juntas y ya está. Quieren rajar durante horas y las dos se aguantan sus mierdas sin problemas. Una mesilla con tabaco, bragas, medio gin tonic y un cacho de donut no les perturba a ninguna de las dos.

5. Jamás hubieses imaginado que tu amiga más pequeñita y delgadita fuese a dejar semejante peste en el baño. Y a roncar de tal manera que los vecinos de al lado creen que habéis traído a vuestro abuelo.

6. Si tenéis que hacer una compra, es complicado mantener el equilibrio entre las que solo quieren lechuga y las que solo quieren cerveza. Y más sabiendo que al final acabaréis tirando las lechugas y tendréis que bajar todos los días a reponer birras.

7. Siempre hay alguna pesada ansiosa que tiene que levantarse a las 7 de la mañana para hacer todo el turismo del mundo. Ver todo «lo que hay que ver» y no se queda tranquila hasta que ha tachado todo lo que tiene en su lista.

8. Pero mola cuando todas sois iguales y sabéis combinar a la perfección hacer un poco de turismo de monumentos y un mucho de turismo de bares. 

9. Afortunadamente, siempre hay alguna que cuida de las demás en forma de botiquín portátil, ¿dolor de tripa, de cabeza, diarrea, estreñimiento? En su maleta hay todo tipo de medicinas como para sobrevivir a un holocausto nuclear o un viaje de amigas.

10. Y afortunadamente, ha venido la de la maleta gigante. El día que no sabes qué ponerte, ahí está ese vestido suyo que te queda tan bien, el día que tu pelo da asco, ahí están sus tenacillas, el día que te duelen todos tus zapatos, ahí están sus deportivas, el día que te apetezca flotar en la piscina, ahí estará el donut gigante que se compró en el Lidl. Ahora atrévete a enfadarte otra vez porque hayáis tenido que llevar dos maletas en los asientos de atrás.

11. Una de las actividades del día son las sesiones de fotos y boomerangs para Instagram. Alguna pasará millas, pero luego siempre os pedirá todas las fotos, claro está.

12. En algún momento, llega el día de las confesiones y el amor. Suele ser durante una previa a salir, bebiendo en vuestro estupendo apartamento o volviendo a casa mientras os coméis una hamburguesa y una va andando dormida. También es bastante probable que os enfadéis, pero no me apetece hablar de cosas feas, así que ya sabéis, si os habéis enfadado tenéis dos trabajos.