1. Comer
    Lo que haya. Desde restos de pizza (qué suerte) a sandwiches o migas de pan seco. LO QUE SEA. DADME COMIDA.
  2. Creerte chef
    Hay veces que si llegas inspirada, lo mismo te da por hacer tortilla de patatas o los mejores espaguetis carbonara de tu vida. Una pena que nunca más te vuelva a salir igual de buenos.
  3. Beber más
    ¿Qué mejor para la resaca que seguir bebiendo hasta el momento en que te metas a la cama? Que todo puede ser, si te han montado un after en casa pues qué remedio. Tendrás que seguir bebiendo.
  4.  Caerte
    El peligro de caerte no es el daño que te hagas, si no que ya que estás en el suelo, te quedes a dormir ahí.
  5. Dormirte sentada en el W.C
    Si nunca te ha pasado, MIENTES.
  6. Dejar todo tirado por ahí
    Bolso en la entrada, zapatos por el pasillo, abrigo en el salón, dignidad hace tres copas.
  7. Creerte un ninja
    Si no vives solo o vives en casa padres, seguro que ya eres un experto en entrar en silencio. O eso crees. Elefante. Que eres un elefante.
  8. Creer que te desmaquillas.
    Coger el agua micelar y los algodones lo haces. Pasártelos por la cara también. Cómo y cuánto ya es otra cosa y tu almohada lo sabe muy bien.
  9. Mandar audios absurdos
    De algunos te puedes arrepentir, otros alegrarán la mañana a tus amigos, otros nadie conseguirá descifrarlos. Ni siquiera tú.
  10. Hablar y arreglar el mundo
    En la tranquilidad de tu pedo, sentadica en el sofá con tu bolsa de patatas y tus compis o amigos, es el mejor momento para resolver los asuntos más profundos de la vida. Y que se haga de día
  11. Vomitar
    Y mucho mejor si lo haces antes de dormir. Puedes ser que una vez en la cama, no llegues al baño a tiempo. Y no mola.
  12. Decirle a tu novio, que buenas noches con besito en la cara.
    Por no decirle, como me toques, te mato.
  13. Ducharte
    Altas posibilidades de quedarte dormida bajo el agua. Qué gustico. Pero en verano, sobre todo, es mega placentero.