Como persona que comparte piso he de decir que sí, compartir piso es una fatalidad y una molonidad al mismo tiempo. Un piso compartido tiene sus días: a veces todo es guay, amor y compañerismo. Otras veces solo quieres matar a tus compañeros…

1. El perfecto:

Es limpio, tranquilo, inteligentísimo, cocina bien y, probablemente, sea guapo. Te hace creer que compartir piso “no es tan malo” y tu madre te atosiga con eso de “lígatelo, que para un hombre bueno que aparece en tu vida tendrás el valor de dejarlo escapar”. Y se escapa, vaya que si se escapa: lo más probable es que se vaya a vivir con su novia a un nidito de amor, limpieza, buena comida y perfección (porque claro, su novia también es perfecta).

perfecto

2. El pijo:

De primeras, te fías de él porque parece un chico responsable y, además, tiene moneymoney. Pero cuál es tu sorpresa cuando un día, de repente, llega tarde, colocadísimo y te dice que este mes no pagará el alquiler, que está mal de dinero porque se lo ha gastado todo (en porros) y sus padres no le quieren pasar más. Estupendo.

pijo

3. La pija:

También te fías de ella. Por estereotipos dices “bueno, será una niña responsable, limpia y no armará jaleo”. ¡Mentira! Siempre deja el baño repletito de manchas de maquillaje por todas partes (hasta en el techo), no friega sus platos porque le da “asco” y rara vez saca la basura de su habitación. Claro, le da igual todo porque tú eres plebe.

pija

4. El exhibicionista:

Cuando está en el piso no se pone ropa ni en invierno (en invierno solo se pone un albornoz por encima, tipo pervertidete). Le encanta ir por ahí en ropa interior y cagar con la puerta abierta. Más de una vez te has planteado llamar a la policía después de ver algún que otro huevo.

exhibicionista

5. El guarro:

No friega, no limpia lo que ensucia y lleva meses sin pasar el cepillo de barrer por su habitación, donde tiene adoptadas a varias pelusas a las que te planteas empezar a cobrarles parte del alquiler.

6. El megaguarro:

Hace todo lo que el guarro y, además, le apasiona compartir su guarrería con los demás inquilinos. Es de los que se saca mocos en el salón mientras tu desayunas para luego enseñártelos y se tira peos “para calentar el sillón”.

7. El supermegaguarro:

Cumple los requisitos del guarro y el megaguarro y, además de todo lo anterior, rara vez se da una ducha. Eau de rancio.

guarro

8. El cocinitas:

El tópico nos dice que este es gordo (y probablemente lo sea), bonachón y siempre está dispuesto a prepararte un plato digno de cocina de abuela. ¿Su problema? Es la cosa más sucia y desordenada en la cocina y dirá que si él ha cocinado, tú te encargas de limpiar su mierda. Y te jodes.

cocinitas

9. El músico:

El que a las alternativas nos vuelve loquis. Tendrá, seguro, ese rollo grunge maravilloso con sus blusas de cuadros, su barbita de tres días y su look desenfadado y gamberrete que hará que tus braguitas digan adiós. Se pasa el día dándole a las seis cuerdas y, de vez en cuando, cuando dan las 5 de la mañana tienes que ir a su habitación (casualmente con tu mejor conjunto de lencería) a decirle que “baje el tono, que a mí no me molestas porque me encanta tu música, pero a lo mejor a los vecinos sí”. Mentira, en realidad estás harta y se salva por lo grunge.

musico

10. El fiestero:

Siempre tiene jaleo en su habitación, día sí y día también. Al principio está bien, porque tú también te apuntas al sarao, pero cuando han pasado unos meses empiezas a replantearte si poner una bomba en su habitación.

fiestero

11. El que siempre se trae a sus padres de visita:

Una vez al mes (o dos, o tres…) vienen papá y mamá a visitarle, a ver si está bien y a traerle muchos tuppers de comida (que, claro, no compartirá). ¿Lo mejor? Siempre viene en compañía paterna sin avisar, así que lo más probable es que te encuentren a ti en look pijamero y haciendo algo tremendamente ridículo.

giphy (1)

12. El quejica:

Siempre se queja de absolutamente todo pero rara vez pone solución a sus quejas. Puede aparecerse en plena madrugada en tu habitación para contarte sus penas y le va a dar igual que no te importen o que estés en medio de un polvo.

quejica

 

15. El deportista:

Sus días duran miles de millones de horas porque es capaz de sacar tiempo para ir al gym, salir a correr, prepararse comida ultra-healthy, estudiar y, además, recordarte que deberías hacer más deporte.

pseudoperfecto
«Me gusta estar gorda, plasta.»

14. El ecologista:

En invierno no te deja poner la calefacción, en verano no te deja poner el aire acondicionado, te obliga a reciclar TODO y te controla el tiempo que pasas en la ducha. Todo sea por la naturaleza. Bonus track: si es un true probablemente tenga la casa apestando a incienso las 24 horas del día.

ecologista

15. Tú:

Por último, ahí estás tú. Pero no te relajes, que muy probablemente tu serás o habrás sido uno de los de arriba (solo que no quieres admitirlo).