Me flipa la música, es mi ocio favorito. Conciertos de todos los tipos y tamaños, horas «perdidas» escuchando mis discos favoritos (y no tan favoritos) en bucle, datos sin sentido sobre artistas acumulados en mi cabeza… Es como llevar la adolescencia a flor de piel todo el rato. Y sé que no estoy sola. Ahí van unas cuantas cositas que seguro que entenderás si eres una persona amante del ruido, la melodía y la belleza hecha sonido (me han salido 20, pero podrían ser muchas más).

– Somos muy pesadas y nos ponemos muy nerviosas con las confirmaciones de los festivales. Nos pasamos días comentándolas aunque no vayamos, eso da igual…

– Conducimos con la música alta, altísima. Solo la bajamos (o apagamos) para aparcar.

– Guardamos las entradas de los conciertos en una caja del tesoro. TODAS.

– Sonará superficial, pero somos capaces de mandar al carallo una cita si no vemos interés musical en la otra persona. No queremos tener gustos exactos, solo compartir intereses. Somos así, hay que querernos.

source

Estamos al día de (casi) todas las novedades musicales. Incluso escuchamos cosas que no nos gustan para poder rajar con conocimiento de causa (y en ocasiones nos acaban molando cantidubi y tenemos que meternos la lengüita en el culo).

– Medimos el tiempo en canciones y nos llevamos los cascos a todas partes (olvidártelos en casa es unos de los grandes dramas de la vida moderna).

Nos gastamos muchos euros en conciertos, discos y merchandising de nuestras bandas favoritas. Para nosotras es un dinero muy bien invertido.

– En general somos fans del vinilo, aunque no le hacemos ascos a los formatos digitales por eso de la comodidad. Es más, tenemos listas de Spotify para cada momento del día.

giphy

– Que una banda chachi toque en una sala con una acústica de mierda nos enfada mucho. Da igual que la cerveza sea más barata. (Sí, solemos controlar cuanto cuesta la cerveza en cada sitio).

– Hemos estado en un portal de venta de entradas dándole al f5 en bucle para conseguir hacernos con las entradas de un concierto. También hemos hecho colas infinitas para poder estar lo más cerca posible de nuestr@ cantante favorito y, con suerte, hemos notado su sudor y robado algún setlist (que guardas junto a la entrada en la cajita del tesoro).

Tenemos amiguchis de conciertos porque al final siempre está la misma gente en todos los saraos.

– Hemos soñado millones de veces con montar una banda. Tenemos el nombre, los integrantes y algún hit, solo nos falta el talento para ponerlo en marcha. (El chiste del triángulo ya está muy manido).

giphy (1)

– Clasificamos a nuestros amigos según el tipo de conciertos a los que podemos engañarlos para que nos acompañen.

Somos de ponernos muy intensitas en según qué conciertos, pero también las primeras en participar en un pogo cuando la situación lo requiere.

– Pese a años de mofas, nos hemos empezado a plantear muy en serio eso de llevar tapones de goma por los sitios, porque nos hacemos mayores y hay que cuidar los oídos.

– Tenemos VHS con videoclips y actuaciones musicales varias, guardados como oro en paño. Y nuestros antiguos cassettes y cedeses.

giphy (5)

– Una noche perfecta incluye tomarte la última birra viendo la VH1.

Somos capaces de organizar nuestras las vacaciones en función de un festival de música. O de varios, según se tercie.

– Si, por lo que sea, vamos a alguna ciudad extranjera siempre nos fijamos en si nos cuadra con algún concierto molón para que el viaje sea redondo.

– Odiamos profundamente a la gente que habla en los conciertos y tenemos sentimientos encontrados con los que van muy pedo. Ya habrá tiempo después para beber y socializar, joder.

giphy (3)

 

La foto de portada es de Ticketea.