Hay tres cosas que llevo años teniendo claras:

– Las bragas antes que los tangas

Si vienes a cenar trae vino blanco

– Y la última no me acuerdo pero no debería ser muy importante porque en cuanto me empezaron a invitar a bodas (hace unos tres meses) mi lista de prioridades cambió para jurar que, si algún día me caso, mi boda iba a ser lo más original después de la invención de la nocilla.

Pues qué bien, pensaréis, ¿y para qué me cuentas esto? Pues que como no tengo intención de dar el sí quiero por el momento pero no quiero que mi intensa investigación caiga en saco roto he decidido traeros las mejores ideas locas para pasar por el altar. Por si alguna se anima y, de paso, calmo al churri que entre tanto pantallazo de «mira qué guay», «yo estoy no quiero tardar en hacerlo» y «lo voy pidiendo por si acaso» está mirando vuelos de ida a un refugio tibetano.

1. Puzzles para las invitaciones

 

Me pareció una idea súper original y una gran solución si vas a invitar al típico familiar por compromiso. Quizás si tiene que montar la invitación ni se esfuerce en saber donde ir. De hecho yo te animo a que lo pongáis de 1000 piezas – nivel experto.

2. Castillos hinchables para bodas

 

Para los que la iglesia de su pueblo les parece anticuada o la típica finca no les cuadra, no preocuparse señoras mías. Se compran un castillito inflable (quien dice se compra es que se lo pide en Aliexpress por 600 euritos) y tienen a los invitados entretenidos desde primera hora. Yo tengo claro que me casaría ahí directamente, así tengo excusa para no llevar tacones ni en la ceremonia.

3. Regalar plantas a los invitados

 

Ni puros que apestan la ropa ni alfileres que se van a perder antes de llegar a su casa, regala a tus invitados una planta que puedan colocar en una ventanita y que no tengan que sacar de un cajón cada vez que vas a visitarlos.

4. Photocall de First Dates

boda-photocall

Cuando lo vi pensé que era una broma pero, al contrario que el sentido común en ese programa, esto existe. Es totalmente personalizable aunque llegar al nivel de ingenio de los guionistas es complicado.

Y con esto y un bizcocho os animo a poner cualquier detallito que se os ocurra. Es vuestro día y si os suena mejor la tuna que el típico DJ, no lo dudéis, clavelitos everywhere.