Que todas nosotras somos inteligentes…es un hecho. Que nos ponen las personas cultas…también. Que nuestra maldita inseguridad nos acorrala cuando no pilotamos acerca del tema que se está hablando…nos pasa ¿ Por qué? ¿ Por qué ese nivel imposible de exigencia? ¿ Acaso tienes que saber de todo? No, no tienes porqué. Además, sería odioso saber de todo. Te llamarán la enciclopedia humana,  el día que te pillaran con los cables cruzados llegarías a ser insoportable con toda esa sabiduría, y nadie querría jugar contigo al Trivial…y encima, ¡te acusarían de que te estudias las preguntas! ¡Anda, anda!

Lejos de ser una ignorante (que eso sí que no mola nada de nada), no hay que agobiarse cuando no se sabe de algo. Además, el aparenteo intelectual está peor visto que el mero postureo de moda. Podrás aparentar ser la más hipster post-moderna-tardía-abstracta de tu querida calle de Malasaña, pero no podrás aparentar saber de arte si para ti el Renacimiento es el efecto que te produce el ibuprofeno después de una mala resaca.

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Y, entonces, ¿ cómo superar ese bache puntual de seguir una conversación de algo que no tienes ni zorra? Pues muy fácil. No hay nada más efectivo que la verdad acompañada de humildad. Un simple: » Perdona, pero no sé lo que es eso, ilústrame» ó » En ese tema no estoy muy puesta,pero me gusta escuchar diferentes opiniones» no sólo te salva, sino que encima te da la oportunidad de abrir tu mente y aprender. No hay nada más enriquecedor que cultivarse de tu grupo de pares, instruirse de los conocimientos de la gente de a pie…de tu compañera de trabajo, tu prima, el calvito del kiosko, la panadera o tu vecino el neurobiólogo.

Deja de lado esa timidez y esa exigencia de élite. Conoce tus limitaciones y aprende a escuchar, porque de la persona más inesperada te llevas una lección de vida. Y de la conversación más intimidante, un nuevo conocimiento y quizá, ¿por qué no? una nueva motivación. No hay nada que no puedas alcanzar si sabes cuales son tus armas, y a veces sólo cuentas con la modestia de reconocer que en ese tema no pilotas. No tengas miedo a parecer una tonta por no dar una opinión propia acerca de algo, porque peor es apropiarse de una opinión que no es tuya y defenderla como propia sin tener ni puñetera idea. Eso da mucho asquete y miedito. Además, no sé si te has dado cuenta de que en este mundo sobra mucha gente que habla y estamos en un claro déficit de personas que quieren escuchar.

Eso sí, si la conversación no te interesa, acompáñame a la barra a por otra birra, que a ésta te invito yo.

Margui Ruhe