Cualquier parecido con el maravilloso artículo de Emma Primera «Sitios donde dormir después de discutir mejores que el sofá» (Pincha aquí) es real, con premeditación y alevosía. Porque ¿Qué hay mejor que el humor para enfrentar las situaciones? Aquí mi entrega de consejos sobre cosas que no debes hacer si te pones ansioso (yo las hago y me parecen tan absurdas que lo tengo que compartir para dejar de hacerlas):

1) Rascarte compulsivamente el cuero cabelludo en busca de caspa real o imaginaria: Porque para qué, aunque ese movimiento compulsivo te calme un rato luego te ves con toda la caspona por la raíz del pelo y te da un nuevo ataque. Y ya ni te cuento cuando vas a lavarte el pelo para eliminar el desastre, duele. Sobre todo si eres tan bruta que has llegado a hacerte algo de sangre o dejarte el cuero cabelludo enrojecido.

2) Retorcerte el pelo y apretártelo en moños: Aparte de que quedarte calva por fricción no te aporta nada, luego se te pasa la ansiedad y corres el riesgo de acabar como esta chica:

3) Retorcer algo entre los dedos (ropa, un calcetín, los temidos cordones del pantalón de chándal…): Pues sí, calma una barbaridad… Hasta que cuando se te pasa vas a lavarte las manos y DUELE. Ooops, te has hecho sangre y tienes tus preciosas cutículas hechas mierda. No pasa nada, quizá me pueda hacer un protector de dedos con el pelo que me he arrancado haciendo los moñitos…

4) Ir a la ventana a tomar el fresco (si eres del norte): A ver, en principio es muy recomendable… Salvo si como yo, vives en el norte. Porque a la ansiedad poco le importa que sea verano o invierno, te pide asomarte al fresco y aquí en el norte por las noches enfría. Mucho. Ponte una bufandita y todo irá bien, porque coger un catarrazo tampoco te aporta nada. Y si eres del sur… Pues ni idea, te asomas a la nevera y haces lo mismo. Con la bufandita.

5) Comer: Si, comer por ansiedad, típico… Ha sido lo primero que he dejado de hacer porque acabar con el estómago pesado y digestiones imposibles no me gustó, aparte que comer comida con calorías vacías no me ayudaba a sentirme mejor en ningún aspecto.

6) Jugar al Hogwarts Mysteries: Eso solo triplica tu ansiedad del momento, ¡Maldita energía! ¿Por qué te acabas tan rápido? ¡No soy rica para andar comprando gemas!

7)  Caminar a oscuras por un sitio tranquilo: Pues si logras no chocar con nada y guiarte por la iluminación de las farolas (si es de noche) o de tu imaginación (si es de día) pues está bien… Mientras no te choques con nada asustándote o dejándote un dedo del pie por el camino, bueno.

8) Pasar la noche en vela: Pues no dormir no ayuda. Si, que es difícil hacerlo cuando el meneíto toma control de tu ser, pero estar agotado al día siguiente no sirve de nada. Solo que estés de mal humor deseando tomar control de tu maldita ansiedad que no te deja en paz.

Pírate, ansiedad.

Si habéis llegado hasta aquí os preguntaréis, ¿Y morderte las uñas? Pues no tengo el placer, porque más de 20 años con mala mordida hacen que cuando tienes una mordida decente te llame más la atención comerte un bocata de frente que morderte las uñas. Vamos, en mi caso. Eso que gano, uñas 1 – 0 cutículas.

Y vosotr@s, ¿Qué cosas absurdas (y por momentos inevitables) hacéis cuando sufrís de ansiedad?