Estoy enganchada a Tinder. Me gusta, disfruto. Me entretiene como entretiene el Sálvame a mi abuela. Mi intención última es follar, claro, pero de verdad que he llegado a pasármelo teta en el proceso de encontrar la aguja en el pajar de señoros que suelen poblar las apps de ligar. ¡Es que madre de Dios y virgen santísima… hay cada uno!
Hace unos meses ya os dejé por aquí un post explicando por qué os damos NOPE en Tinder, llegando a la conclusión de que es porque os curráis muy poquito vuestros perfiles, chicos. Pones una foto medio borrosa, nadie te da like y encima te enfadas con la sociedad porque te rechaza todo el mundo. Pues mira cariño, qué quieres que te diga, NORMAL. Hay que currárselo un poquito, saber venderse. El problema llega cuando la gente sí se curra su perfil, sí decide venderse… pero se vende como si estuviera viviendo en el paleolítico.
¡¡Se vende demostrando a las hembras de la manada que él es el cazador más fuerte… posando en su perfil de Tinder con un pez que acaba de pescar!!
Pero por favor pero en qué milenio vive esta gente. ¿O seré yo la rara? Porque uno de los dos tiene que estar completamente fuera de lugar. Vale, quizás soy yo la que no está viviendo en el presente que le corresponde, pero de verdad os digo que a mí no me entra en la cabeza que, en 2017, te enorgullezcas de tus habilidades para la pesca… ¡¡PARA LIGAR!!
Que quieres alardear delante de tu familia, que también son pescadores, que tu padre te enseñó a pescar, los reyes magos te trajeron tu primera caña, y tú quieres demostrar que a tus treinta años ya eres un pescador senior y que eres capaz de conseguir la cena para tus allegados… cojonudo cariño. Pero por favor… ¡¡poner una foto tuya con tu chalequito de pesca y un superpez en las manos con la certeza de que solo así podrás encontrar una mujer que se interese por ti… es que no me cabe en la cabeza!!
Si ahora mismo se me apareciese un genio y me concediese tres deseos, estad seguras de que uno de ellos sería meterme en la piel de un tío que sube una foto con un pez muerto a Tinder para saber qué se le pasa por la cabeza. Y qué tipo de mujer busca él. Que a lo mejor estoy yo aquí soltando mierda y resulta que las mujeres heterosexuales de Tinder son muy de pescadores. Me extraña, fíjate, pero reconozco que hablo sin saber, que a lo mejor eso es lo que se lleva ahora. Si hace años se llevaron los barbudos… ¡a ver si la nueva tendencia es la pesca y estoy yo aquí quedando como una paleta!
Entiendo la relación antropológica entre mostrarte como un hombre «válido» para buscar pareja y subir una foto de pescador. Pero no entiendo que te metas a Tinder, icono de la revolución en las relaciones amorosas, y quieras jugar a que controlas mazo de ser hombre y de llamar la atención de las hembras de tu especie CARGANDO CON UN PUTO PEZ.
Sinceramente, a mí me da bastante asco. Es que es ver a un tío ahí con el pez a cuestas y hasta me viene el olor a pescadería y, joder, el olor a pescadería, ¡agradable no es! ¿O aquí también soy yo la equivocada? Que yo muchas veces compro pescado congelado en el Lidl solo por no enfrentarme a la desagradable experiencia de comprar pescado fresco. Y ver ahí a la pescadera destripando peces. Que será algo muy natural, como el pelo en el chirri, pero chica, de verdad, que a mí me marea el olor a pez muerto.
Así que imagínate qué entiende mi cerebro cuando te veo a ti, señor paleolítico, posando con semejante pieza. Lo primero que voy a pensar es: ¡ay por Dios! Después mi cabecita evocará el desagradable olor de una pescadería y pensaré: ¡que vomito! Y finalmente comprenderé que estoy viendo a un jovencito posando con un cadáver y mira, NOPE. Es que aunque fueras Quim Gutiérrez con un cadáver. NOPE. Una imagen así solo me transmite sensaciones desagradables. ¿CÓMO IBA A QUERER TRISCAR CON ALGUIEN QUE YA DE PRIMERAS ME RESULTA UN PELÍN REPULSIVO?
Pero aún así, joder, estoy superintrigada. Porque no es que me haya encontrado a uno o dos tíos pescadores. No. Es que hay bastantes. No sé quién ha corrido la voz de que así se folla. Quizás algún forocochero se inventó un código secreto de «si posamos con un pez significa que tenemos buena cola» o algo parecido. Ni idea. Pero yo no lo entiendo. Quien lo entienda, que me lo explique.
