Empieza el mes de octubre y llega el darle vueltas a la cabeza para intentar ser la más molona en la noche de muertos. Pero nos ponemos a pensar y sabemos que hay cosas que no pueden ser: ni nos vamos a calcar un blackface, ni un rollo de apropiación cultural así porque nos salga del parrús. Vamos a intentar no reírnos a costa de minorías y a usar bien eso de la corrección política, es evidente. Pero hay muchos más disfraces que nos pueden parecer una genialidad de primeras pero que mira, mejor no.
Si estás buscando una caracterización original para esta noche de Halloween, algo fino y elegante (porque hay vida más allá de brujas, zombies y demás tópicos del terror), mejor que te quites estas ideas de la cabeza…
– De Chenoa llorando en chandal. No, no es bonito reírte de la desgracia ajena, sobre todo cuando todas y cada una de nosotras hemos podido vernos en alguna situación parecida (sin cámaras ni paparazzi, afortunadamente). Sororidad a tope hermanas, porque #todassomoschenoa.
– De autobús de Hazte Oir. O de (soy una) avioneta (mira como vuelo). O de persona tránsfoba así en general. Es cierto que pocas cosas hay que den tanto miedo como esto, pero mira, vamos a no darles ni un minuto más de protagonismo. Además el naranja favorece muy poco, para eso mejor nos disfrazamos de calabaza y punto.
– De millennial. Ya basta de hacer el ridículo, por favor. Si tienes más de 34 años es un puñetero despropósito de abuela cebolleta. Si eres puramente millennial quizás de para un jijiji y un jajaja, pero poco más. En serio, vamos a dejar de echarle la culpa de todo a los jóvenes, que parecemos satán.
– Gente llevándose las manos a la cabeza en 3, 2, 1… de Blesa con los brazos largos. Reconozcámoslo, es un gran disfraz de muy mal gusto. Es muy tentador pero no es necesario hacer leña del corrupto árbol caído. Tutupá, tutupá…
– De la Veneno. Mira no. STOP. Seguimos de luto y ya está. Además, nadie mola lo suficiente como para poder defender la identidad de semejante ser de luz de la historia española. «Me cago en tó tus muertos so desgraciá. ¿Tú quien coño eres (para disfrazarte de Cristina La Veneno)?» ¿EH?
– De Cárdenas. O de cualquier columnista de esos que hablan de las tetas de la Hendricks y tienen poluciones públicas de testosterona. Y es que disfrazarse de machirulo no es que sea de mal gusto (que también), es que lo que tiene que ser es muy cansado. Además da bastante repeluco.
– De Amanda Knox. Esto lo digo por vuestro bien: probablemente nunca sabremos a ciencia cierta si es culpable o no, pero no intentéis forzar esos crazy eyes que igual se os quedan así para siempre y ya la tenemos liada (sí, como cuando éramos pequeñas y nuestra madre nos decía «no pongas así los ojos que blablabla«).
– De Rufián. Con la bomber, la camiseta de las Reliquias de la Muerte, una impresora y una barba pintada con un corcho quemado. Pero mira, piénsalo bien, quizás no es el mejor momento para frivolizar con todo esto. Tal y como están las cosas mejor templar gaitas y procurar no herir sensibilidades. Así que descartado. Puigdemont tampoco vale, que está muy feo hacer mofa de las personas que no saben peinarse chachi. Lo de juntar a Sam Tarly con Junqueras para recrear el personaje definitivo casi que lo dejamos para otro momento. En realidad, por espeluznantes que parezcan, disfrazarse de político, sea de la ideología que sea, no mola nada (por no entrar en lo de los límites del humor y en que a lo mejor acabamos teniendo que pagar multas). Fin.
– De feminazi. Solo puedo aceptarlo si lo hace una feminista utilizando eso de la reapropiación del concepto por eso de tocar las narices en un rollo muy perfomance queer y maravillosa. Pero lo de los seres mitológicos ya está muy pasado de moda para el público mainstream, gracias. Ojo que no me ponga yo el disfraz de odiadora de hombres y ya tal.
Una cosa más y os la digo desde el amor, porque os quiero. Es guay que seáis fans de Twin Peaks, todos estamos con un hype del carallo porque mamasitaqueridaquegrande, pero si lo que buscas es ser original no vale disfrazarse de Lady Leño. Por lo menos este año. Besis.
