Cuando hace años mi ahijada me preguntó qué eran las calorías lo tuve claro.

“Mira cariño, son unas cositas muy pequeñitas, un poco hijas de p. que vienen por la noche a comerte pedacitos de ropa” Bueno vale, no dije el insulto…pero lo pensé.

Basta ya de andarnos con remilgos ¡me gusta comer! Pocas personas debe haber en el mundo que no les guste comer bien ¿O me vais a decir que hay millones de personas en el mundo que prefieren comer acelgas cocidas en lugar de tortilla de patata?  El problema es que ser la Beyoncé blanca de Albacete o la Kim Kardashian de Torremolinos no luce tan glamurous. También os digo que me encantaría verlas a ambas comiéndose un cocido maragato.

El tema es que se confunden trescientas mil cosas: comer, comer bien y el peso. Se hace un totum revolutum cuyas conclusiones son absurdas (al menos desde mi punto de vista). Por ejemplo:

 ¿Eres adicto a la comida?

  • Mi santirma madre: Delgada pero le gusta comer bien. Chuletitas, brécol, paella…todo vale. Cuando engorda unos kilos es un drama. Eso sí, le dura el drama 1 hora. Concretamente hasta que le entra hambre y llega al trabajo con una caja de hojaldres de Astorga.
  • Mi amiga: Ultradelgada. Recuerdo a todo el mundo preguntándole cuando éramos pequeñas si tenía problemas alimenticios. No. Simplemente su cuerpo iba freestyle. Comía regulín-regulán, mucha comida rápida, bollería… tooooooda su vida hizo dieta para engordar.
  •  Y luego estoy yo: Gordibuena, curvy o como se dice en mi tierra “chámalle X”. Me gusta comer bien pero el chocolate me susurra desde las estanterías del súper  (y la Nocilla me hace ojitos). Engordo a cualquier descuido. Mientras mi santa madre se ha comido una p. caja de hojaldres de Astorga yo solo con haberlos olido he engordado 200 gr. C´est la vie!

Así que ya veis, 3 personas distintas, tres maneras de comer y 3 pesos y metabolismos totalmente diferentes.

Y aquí llega la pregunta que NUNCA, JAMÁS, NADIE HA CONSEGUIDO RESOLVER: tanta evolución, tanto ir a Marte, buscar otros planetas, tanto wifi, impresoras 3D… pero ¿POR QUÉ NO SE HAN INVENTADO MANZANAS CON SABOR A DONUT? (Pregunto)

Vamos a ver, que yo veo muy bien todos los avances que se han hecho pero me vais a permitir que os diga que los avances alimenticios en productos “light” han sido una soberana mierda. A analizar en concreto:

-Las patatas fritas “light”. ¿Really? Me vas a contar tu a mi que engordan MUCHÍSIMO MENOS que las normales. Claro. En lugar de freírlas en aceite les insuflan aire ¿no?

-Los donuts “light” (que sí, existieron) y los definían algo así como “el donuts de siempre con menos calorías” JA! Y un mojón. Si llegan a estar tan buenos como los de siempre y engordar menos ¿por qué fracasaron tan estrepitosamente?

-Los refrescos “light/zero”. No me digáis que os la han colado. No saben igual… lo que ocurre es que el paladar se acostumbra y yo creo que se resigna. Es como puf… un refresco con tropecientas mil calorías… bah, puedo suplirlo. Pero no te engañes, no es igual.

Así que tras esta reflexión en voz alta he sacado 3 conclusiones: que mi culo nada tiene que envidiar al de las Kardashian (y encima venía de serie), que ir a andar 3 horas y luego comerse una torre de filloas es el gym y el ñam y que Jennifer López jamás se ha comido un buen plato de fabada cuando hace este frío.