Facebook. Ese apasionante mundo en el que puedes encontrarte a más criaturas salvajes que en un safari africano. Y es que en el reino animal hay paz y jerarquía, pero en el virtual todos campan a sus anchas sin orden ni ley y te sorprendería la de especímenes raros que hay por ahí sueltos.

Como mis aventuras y desventuras en Facebook merecen un libro ( o una trilogía) voy a centrarme en el sutil arte  –que no todo el mundo tiene ese don– de mandar indirectas. Aquí hay dos posibilidades, o eres tú el que las manda –bienvenido a mi equipo– o por el contrario eres un voyeur del fuego cruzado. Si eres de los primeros, seguro que te sientes identificado con alguna de las siguientes.

Interesante, cuéntame más.

La canción

Venga, confiesa. La hemos utilizado todos y lo sabes. Un Only love can hurt like thiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiis funciona mucho mejor que tirarle la copa a alguien en la cara. Siempre hay un tema perfecto para todo lo que quieres expresar. Que si no puedes olvidarlo –¿alguien ha dicho Adele?– o ya estás harta de ser su niñera. I ain’t your mamaaaaa ok?

Tú llorando a moco tendido quemando las listas cortavenas de Spotify

Pero lo cierto es que poner una canción que va acorde totalmente a nuestro drama sentimental es una de las mejores opciones para desahogarte y lanzarle (la pulla) a los demás.

La foto

El tema de las fotografías merece un capítulo aparte en mi libro: Cómo mandar a la mierda a ese capullo públicamente y quedarte más a gusto que un arbusto. Ya disponible en las mejores librerías.

Sobre esto he visto de todo. Aprovechar cualquier situación con un hombre medianamente deseable para hacerte selfies a mansalva y subirlos a Facebook para que el susodicho/a vea tu felicidad pública. Porque tu mundo es perfecto y maravilloso desde que él no está en tu vida y te va todo tan jodidamente bien que quieren sacar hasta un reality tuyo. (Vaaaaaaaleeee, puede que yo lo haya hecho alguna vez, pero mi caso es diferente, es que soy muy maja y sociable).

Cómo tú crees que se ven tus selfies.

O coger fotos de Instagram de cenas románticas y fingir que estás con un maromo en un bonito sitio italiano degustando un sofisticado vino que nunca vas a aprender a beber, cuando realmente estás con tu esquijama en casa, viendo la tele y comiendo patatas fritas con kétchup. De las de bolsa.

Las frases

Realmente esto lo debería escribir Paulo Coelho (que está mucho más versado que yo en cuanto a escribir frases para Facebook) pero lo he pillado quejándose por el Nobel de Bob Dylan, así que…

El paso de compartir frases en tu muro es quizás el más agresivo, sólo apto para cuando el punto uno y dos no han funcionado o el destinatario no se quiere enterar. Ahí entonces ya es válido poner cualquier mierda de estas que encuentras en internet y en la que sólo te hace falta  etiquetarlo para que se entere de que va por él.

Nunca me quisiste Luis Fernando de todos los santos.

Si lo has hecho, ríete y acéptalo, porque en ese momento era lo que necesitabas. A veces cuando tenemos el corazón roto sólo queremos expresar nuestra rabia interior y llorar a moco tendido. Eso sí, todos coincidimos en que las cosas del corazón, mejor de puertas para adentro. No olvides tener cuidado, porque el lanzar indirectas por Facebook puede ser un deporte de alto riesgo, sobre todo si te insinúas a alguien y el que se da por aludido no es quien tu quieres.