Lo has vuelto a hacer: has salido hasta morir y no sabes cómo has llegado a casa, el suelo de tu habitación tiene más ropa que el armario, no te has desmaquillado y estás abrazada al móvil. Anoche empezaste con cerveza y, cuando te quisiste dar cuenta, estabas alternando gin tonics con chupitos de Jaggermeister. Maldita la hora en la que te dejaste llevar por tu teenager interior y no optaste por volver a casa después de haberte caído al intentar bajar dos escalones…
Domingo, 1.30 de la tarde…
Fase 1: ‘Joder, me estoy muriendo, de ésta no me recupero…’
Aún estás metido en la cama, invocando a todos los dioses del Olimpo para poder levantarte y llegar al baño sin vomitarte (o peor…) encima…
Fase 2: ‘Duele mamá, duele mucho…’
Dependiendo de lo que bebas, te dolerá la tripa, la cabeza, o el cuerpo entero. Si encima has mezclado, no te quiero contar, parecerá que has corrido una media maratón.
Fase 3: ‘Me voy a volver a meter en la cama a ver si así se me pasa’
Te duele el alma, has vomitado, tienes hambre, frío, calor, sueño…, encima tu mente rememora los momentos de la noche anterior y es cuando recuerdas en 4º chupito de Jagger y otra vez al baño…
Fase 4: ‘Me voy a duchar a ver si así se me pasa’
No, no se te pasa, pero está bien que dejes de oler a alcohol puro desde primera hora de la mañana (o de la tarde…).
Fase 5: ‘Necesito comer grasa para poder sobrevivir’
Cuando me levanto de resaca, echo de menos aquellos tiempos en los que, a cambio de una (bien merecida) bronca, mamá me preparaba comida rica para pasar el mal trago.
Fase 6: ‘Sofá, eres mi mejor amigo…’
Lo único que quieres es pasarte el día abrazado a él jurando por los clavos de Cristo que nunca más volverás a probar una gota de alcohol.
Fase 7: ‘Parece que estoy mejorando…’
No, no estás mejorando, puedes intentar darte otra ducha, pero mejor será que vuelvas a abrazarte al sofá y pongas Netflix.
Fase 8: ‘¿Por qué no se acaba el día ya y me puedo ir a dormir?’
Te duele el cuerpo de llevar todo el día tirado en el sofá, has vomitado ya hasta la primera papilla, no tienes fuerzas para fregar los platos y aún no son ni las 6.00 de la tarde…
Fase 9: ‘Voy a intentar hacer algo útil para aprovechar el domingo’
Esto es lo más sabio que has dicho en todo el día, pero para cuando consigues levantarte del sofá ya es casi la hora de la cena y toda tu buena voluntad se ha ido al garete.
Fase 10: ‘Me voy a dormir, ya mañana será otro día’
Has vivido un domingo útil donde los haya, menos mal que has jurado y perjurado que nunca más volverás a beber, así que al menos el próximo finde aprovecharás el domingo como la persona de bien que eres.
Domingo siguiente, 1.30 de la tarde. Fase 1: ‘Joder, me estoy muriendo, de ésta no me recupero…’. Y así eternamente…
