Estamos hasta el tercer michelín de que nos digan y nos vuelvan a decir que en WLS lo que hacemos (porque ellos lo saben mejor que nosotras) es apología de la obesidad. Porque mostrarnos tal y como somos es hacer apología de la obesidad. Porque enseñar chicha es pedirle a gritos a la humanidad que sean tan gordos como nosotros.

Pero nos hemos dado cuenta de que esto, realmente, no es cosa nuestra. Que es cosa de la gente que está muy aburrida y ataca por atacar, porque lo mismo le da decirle a una gorda que hace apología de la obesidad por salir en bikini en su Instagram, que decirle a una delgada que hace apología de la delgadez por salir en bikini en su Instagram. Ya sabemos cómo son los pedorros: hagas lo que hagas le van a poner pegas, porque deben de comer por el culo para soltar tanta mierda por la boca.

Como diría Fangoria, aquí a mucha gente le va el criticar por criticar, porque si usásemos la misma vara de medir para todas las publicaciones de Instagram, entonces…

apología 2

Aquí podemos ver a una maldita cuenta de Instagram que se dedica a instigar a sus seguidores a que hagan pintadas por las paredes de su barrio.

 

apología 1

Esta hipócrita mujer, que casualmente es Rossy de Palma, está haciendo alarde ante sus miles de followers del amor entre un hombre y una mujer, dejando de lado a todos los homosexuales que la admiran y que tanto han supuesto en su carrera.

 

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Como este, que con la que está cayendo, y la cantidad de familias que pasan hambre en España, se vanagloria de su poder adquisitivo saliendo a tomar unas tostas a un café. ¡Qué poca vergüenza, la verdad!

 

apología 5

Pues espérate, que el nini de Javier Calvo, un tío que claramente no ha hecho NADA con su vida, todavía se jacta de lo a gusto que se está en la cama, incitando a la vaguería a todas las personas que lo siguen.

 

apología 6

Con todo el dolor de mi corazón lo digo, pero no me pienso quedar callada. De vergüenza, Quim, de vergüenza tu intolerancia. Tomándote un vino cuando todo el mundo sabe que el alcohol es una droga y que puede ser perjudicial en exceso. ¿Es que no te has parado a pensar en todas las personas alcohólicas que van a ver esta foto? ¡Menudos cojonazos! Se ve que cómo estás tan increíblemente bueno no te hace falta darle mucho a la cabecita.

 

apología 7

Y si ya no se podía caer más bajo, qué te parece utilizar a tu animal para reivindicar una tradición que excluye a la mayoría y forma parte de una cultura que, encima, utiliza a otros pobres animales, los conejitos de pascua, para enriquecerse. Repugnante.

 

Pues ahora mira esta foto y dime qué ves: apología8

¿Una tía feliz luciendo un modelazo que se ha comprao o una gorda que claramente le está diciendo al mundo «si no tienes unas patorras como las mías no vas a molar en tu puta vida»?

Justifique su respuesta.

 

Queridas mías, la mayoría de las veces el pecado no reside en quien hace algo sino en el que ve lo que estás haciendo. No os dejéis engañar: el argumento de la apología de la obesidad no deja de ser otro burdo ataque de todos los gordófobos (que son mogollón, encima) que habitan este mundo y que, simplemente, no pueden soportar que tú seas, ya no feliz, si no «normal», si eres gorda.

¿Realmente piensas que porque yo me muestre tal y como soy en mis redes sociales estoy haciendo apología de algo? Bueno, pues tienes razón: estoy haciendo apología de mí misma, que soy lo puto más y se me debe de notar a la legua, porque si no, no sentirías la necesidad de atacarme.