Probablemente yo no sea la fan número uno de Quim Gutiérrez, que mis años de fanatismo de escribirme los nombres de mis ídolos en la frente y llorar histérica de impotencia y frustración ya pasaron, pero esto tampoco es una competición. Porque, si lo fuera, HABRÍA GANADO YO. Ya que he conseguido, ¡por fin! que mis labios rozasen la mejilla de Quim… ¡CUATRO VECES!

Gracias a mis followers que son lo más y están siempre pendientes de mis necesidades, conseguí ser invitada al pase de la Academia de la nueva película de Quim ‘La niebla y la doncella’. Al pase acudirían el director, el novelista (puesto que la peli es una adaptación de una novela de Lorenzo Silva), LOS ACTORES PROTAGONISTAS (Quim Gutiérrez y Verónica Echegui) y un señor que era como Guardia Civil pero más chuli porque era de un cuerpo especial, porque la película iba de que Quim Gutiérrez era como Guardia Civil pero más chuli porque era de un cuerpo especial.

Qué más da, lo importante aquí es que IBA A CONOCER A QUIM GUTIÉRREZ.

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El evento comenzaba a las 20:00 y obvio que a las 20:01 yo ya estaba entrando por la puerta. Decidí coger un buen sitio en la sala y vaya que si lo cogí, puesto que me senté delante de Quim Gutiérrez (y de Cristina Cifuentes). Yo no paraba de mirar para atrás a ver si entraba por fin Quim por la puerta y acabé con un dolor de cuello bastante acusado, pero, ¿qué es un dolor de cuello comparado con el hombre de mi vida?

A últimísima hora por no decir pasando ya de las 20:30, que era la hora en la que estaba programada la proyección de la película, se formó un poquito de revuelo en la puerta y es que QUIM ESTABA ENTRANDO. En ese momento sentí un subidón terrible de «yastá, maja, ahí lo tienes» pero como soy una mujer adulta no lloré sino que sonreí buscando su cabeza, y como soy fan, fan, ¡lo reconocí por su pelo! Y entonces él me miró (bastante normal, por otra parte, era la loca que estaba con el cuello totalmente girado rollo niña del exorcista mirándole con cara de «te prequiero» y sonriendo pero yo diría que modo Joker) y nuestras miradas se cruzaron y yo, de verdad, que me quedé como si hubiera follado. Satisfecha.

El director y todos los que nombré antes fueron hacia la parte delantera para presentar la película y yo no podía parar de pensar lo increíblemente perfecto que es Quim Gutiérrez. Es el hombre más sexy del mundo, seguramente. No hay palabras para describir su presencia. Irradia una follabilidad que de verdad que no perdí las bragas que llevaba puestas porque estaban bien sujetas por la faja, que si no, hubiéramos montado ahí Lo Imposible de J. A. Bayona.

lo imposible

Entonces pusieron la peli y era muy fuerte pensar «estás viendo una película de Quim Gutiérrez… ¡con Quim Gutiérrez!», pero enseguida me metí en la película porque yo soy muy fácil de distraer si me cuentas cualquier historia y bueno, pues una peli sobre un chico que aparece asesinado en la isla de La Gomera y como los guardias de allí no habían sido capaz de resolver el caso, tres años después mandan a un cuerpo especial (y qué cuerpo, cariño) a ver si son capaces de dar con el asesino.

Total, que se acabó la peli y empezó el coloquio y yo quería hacer alguna pregunta para demostrar que no solo soy un cuerpo, que también soy una chica lista, pero nada, que me fue imposible. Que tener a Quim tan cerca, y tan guapo, me absorbía por completo y no era capaz de escuchar lo que decían los demás, solo podía mirarle y pensar «viva la biología».

Después nos invitaron a un cóctel en la terraza de La Academia y he de decir que vaya gordos y gordas todas las invitadas porque la comida voló en dos minutos exactamente. Menos mal que los cócteles eran inacabables. Pero, ¿quién quiere cenar cuando sabe que va a TOCAR a Quim Gutiérrez? Yo no, desde luego.

Tris tras por detrás
Tris tras por detrás

Me posicioné junto a la escalera de entrada para «atacar» a Quim en cuanto lo viera aparecer y aunque se hizo de rogar al final se dejó ver y allí que me fui yo, que yo no estoy para perder el tiempo cuando llevo ya ni sé los años esperando este momento. Y valió la pena la espera, ¡vaya que si valió! Sobre todo porque cuando le dije «Soy Perra de Satán» con cara de «siento mucho haber lamido posters con tu cuerpo» él recordó (o hizo una gran actuación, cosa que es posible puesto que es un actor) quién era yo y ME DIO DOS BESOS ÉL A MÍ. Él a mí. Él se acercó a mí. Y claro, pues yo, en ese momento, entré en un nivel de éxtasis que os juro por mi vida que yo no recuero prácticamente de lo que hablamos. Hablábamos de la película y tal pero yo estaba en algún lugar del mundo en el que no había estado nunca antes y no era muy consciente de lo que salía de su boca. Tampoco sé muy bien lo que le dije yo, pero si sé que le pedí una foto, por supuesto, porque, aún semiconsciente, sé cuáles son mis prioridades.

Y el pobre es tan majo y estaba tan de promoción que tuvo que hacerse tres fotos conmigo hasta que yo salí bien, porque claro, estando AGARRADA por Quim Gutiérrez para una foto pues a lo mejor se te desencaja un poquito la cara.

Quim y Perra

PERO TODO MUY BIEN. ¡Gracias Quim!

Y después me despedí de él y esta vez fui yo quien aprovechó para repetir los dos besos del saludo, así que… ¡HE BESADO CUATRO VECES A QUIM GUTIÉRREZ! Yasssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss.

Imagen destacada: Quim Gutiérrez para Emidio Tucci. (Ojalá para mí algún día)