Ayer nos despertábamos con la noticia de que Carlota Corredera era portada de la revista Love. Hasta aquí bien, la popular presentadora de Telecinco contando lo encantada que está con su pérdida de peso. Aquí viene el problema: sale en bañador animando a las mujeres a no esconderse y claro, cientos de personas se han animado también a darle sus opiniones, que básicamente son que ha adelgazado 60 kilos y cuando estaba gorda no se hubiera atrevido a hacer esto. Además de los ya clásicos «¡qué horror!», «¡qué pesada» y blablabla… Desde luego, llega un punto en que hagas lo que hagas, lo vas a hacer mal.

En unos minutos os cuento en @salvameoficial los detalles de esta portada ????❤????????

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¿Pues sabéis que os digo? Que yo entiendo un poco a Carlota: ponerse en bañador delante de una cámara no debe ser fácil (marque la báscula los kilos que marque, pero más si no tienes un cuerpo normativo al 100% y esto no es solo por una cuestión de kilos, que la edad en estos temas no deja de ser algo a tener en cuenta). No todo el mundo lleva el mismo timing, ni necesita lo mismo para empoderarse. Utilizar el argumento de «haberlo hecho antes», cuando no te querías, cuando eras vulnerable… para deslegitimar su mensaje, me parece de las cosas más tóxicas que he leído en los últimos tiempos. Si ella ha necesitado adelgazar para sentirse bien con su cuerpo, perdonarse y desarrollar SU discurso, no seré yo quien la juzgue. Estaré más o menos de acuerdo con ella, pero no la juzgaré… principalmente porque sé que no es un camino fácil y que todas estamos llenas de contradicciones que nos hacen más humanas.

Me indigna mucho tanto cuestionamiento a lo que hacemos las mujeres así en general. Parece que tenemos que ser seres de luz, unicornios sin una sola arista en nuestra forma de actuar y de pensar, para que nos tomen en serio. Sentirse mal con tu cuerpo es algo terrible que puede llegar a anularte como persona y es muy complicado reivindicar nada desde esa posición. Por eso me parece muy importante y enriquecedor tener en cuenta las acciones de personas que han pasado por ese proceso (con más o menos facilidades), porque saben lo importante que es quererte y cuidarte, independientemente de lo que diga la báscula o la talla del pantalón.

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Estamos hablando de un personaje muy mediático en España y no voy a decir ni que sea un ejemplo a seguir, ni que se vaya a convertir en el altavoz salvador de todas las gordas del universo, pero es un instrumento más que ayuda a normalizar y visibilizar una situación que, a nuestra manera, vivimos muchas mujeres. Y es que encima tiene razón: NINGUNA MUJER DEBE ESCONDERSE POR SU ASPECTO FÍSICO. Ella ha llegado a esa conclusión después de trabajar su autoestima y adelgazar, pues ole su coño. Otras hacen activismo bodypositive abrazando sus supuestas imperfecciones y siendo más incómodas para el sistema porque han sido capaces de empoderarse desde los márgenes y eso es maravilloso (y yo, personalmente, estoy más en esta onda), pues ole sus coños también. Así que nosotras nos alegramos de todas estas iniciativas, porque son ejemplo de la diversidad que existe en los referentes femeninos.