Y ahí está él, tan guapo, tan alto, con esa barba y tan empotrador. Antes de que te haya empotrado ya sabes que va a hacer un boquete en la pared de lo fuerte que te va a follar. Y tú, encantada, te dejas querer. ‘Tocamientos por aquí, lengua por allá, palpamientos por aquí, méteme la pinga ya’. Es el hit del momento. Te baja las bragas, se baja los calzoncillos, se pone un condón y ras que te vas. Una mano en la cintura, un movimiento sexy, suavesito para arriba para arriba para arriba, suavesito para abajo para abajo para abajo y catapunchinpún. Acabáis los dos, gritos y fuegos artificiales. La vida es maravillosa hasta que sale de ti y pronuncia las palabras mágicas ‘mierda, se ha roto’.
Es entonces cuando no te gusta nada de lo que ves y quieres cortarte el toti y meterte a monja. Te dices ‘quién cojones me manda follar, eh? Quién!’. Le das 20 euros enfadada y le mandas a una farmacia, porque claro, que se rompa el condón es su puta culpa, no tuya. Vuelve con la pastillita y te la tomas, te mete un viaje, te encuentras mal y te cagas en la raza humana. Y solo queda esperar todo el maldito mes para ver qué pasa, porque claro, esto es fiable pero tú, que consultas más el horóscopo de Esperanza Gracia que la hora, no lo acabas de ver claro y crees que vas a formar parte de ese 1% de gente que se toma la pasti y se queda preñada. ‘Es que soy una gafe’ te dices.
Y pasa el mes. Tienes marcado el día X con un círculo rojo enorme en ese calendario que jamás usas. Y empiezan las fases de desesperación y autoengaño:
Fase 1. Negatividad. Te miras las bragas cada vez que vas a mear, casi con lupa buscando indicios de sangre. Pareces un puto CSI. ‘Mierda, me viene en 3 días y no me duelen las tetas, ni me ha salido el grano en la barbilla ni encima del morro. Mierda remierda’.
Fase 2. Positivismo. ‘Ahá, hoy tenía que venirme, pero es verano y el cuerpo está loco, que lo dicen en las noticias. Seguro que me viene mañana, que me noto como a tope (mentira, pero quieres creer)’. Sigues yendo al baño esperando que sea la mañana de Reyes.
Fase 3. Comunicado. Día 2 después del día X. Avisas a tus allegados. ‘Cariño? Si mira, que recuerdas que me tomé la pasti porque se te rompió el cond… vale vale, se NOS rompió. Pues que no me baja la regla… Nono, tenía que venir el 20 y es 22… Sisi, con esto sí soy puntual, que yo llegue 15 minutos tarde a los sitios no significa que mi regla tenga que hacer lo mismo’.
Fase 4. Aceptación. ‘Bueno maja, sabías que esto podía pasar, te has hecho a la idea de que te iba a tocar a ti. No pasa nada, te haces un test y listos, que por la tele se los hacen cada dos por tres y no pasa nada.’
Fase 5. Momento farmacia. ‘Necesito un test de emba… BUAAAAAH NO QUIERO ESTAR PREÑADA SEÑORA FARMACÉUTICA, DÍGAME QUE NO LO ESTOOOYY BUAAAAAH’.
Fase 6. Retraso. ‘Después de comer me lo hago, que ahora no tengo pis. Bueno, después de merendar, que he ido a hacer pis y no me he acordado. Mejor lo dejo para la mañana, que dicen que mejor el primer pis del día’.
Fase 7. Enfado. ‘Me cago en todo ostiaputa, esto no baja ni metiéndome la escoba’.
Fase 8. Solidaridad. ‘A ver, cariño, deberías comerte el marrón conmigo y esperar el resultado como yo, mirando ese puto palito durante 3 minutos y desesperarte’.
Fase 9. La meada. ESPERAR 3 MINUTOS.
Fase 10. Los rezos. ‘Dios, te prometo que si no estoy preñada me portaré bien, haré la cama antes de irme al curro, reciclaré, adoptaré 50 gatos y me pondré a dieta.’
Fase 11. Idealización. ‘Bueno a ver, tengo 30, quiero a mi novio y oye, que igual ya es momento de tener hijos. Ay, es que en realidad serían tan monos… que salgan rubios como yo, altos como los dos y grandotes, serán como vikingos, ligarán mil y seguro que salen muy listos y nos retiran a los dos y podemos pasarnos la vida bebiendo birra y follando…. No joder, no pienses en follar, follar caca’.
Fase 12. El resultado. ‘Coño, NO EMBARAZADA. ¿En serio? ¿Tanto puto estrés para esto? Cariño fóllame porque ahora ya me he hecho a la idea y quiero a mis vikingos’.
Texto: Puti Jones.
