Por favor, que nadie vuelva a decir que alzar la voz no sirve de nada. Que nadie vuelva a criminalizar a las víctimas por no haber denunciado en el momento justo o por «aprovecharse» del movimiento para contar sus experiencias de acoso sexual. Y, sobre todo, que nadie vuelva a hacer de menos la lucha de las mujeres.

El tema del acoso sexual es una realidad que llevamos silenciando durante demasiado tiempo, por vergüenza, por la penalización social, por miedo a perder el puesto de trabajo y por una multitud de factores que nos han inculcado desde antes incluso de nacer. Por eso #MeToo ha sido (y es) un fenómeno tan importante, porque ofreció un escenario de solidaridad (o sororidad si lo preferís) que, a través de las redes sociales, empoderó a muchísimas personas para sentirse legitimadas a contar su verdad de manera espontánea. El melón se abrió con el caso Weinstein y los testimonios de señoras famosas provocaron una especie de efecto contagio que, acompañado del poder de los medios de comunicación, consiguió unir a mujeres que toda raza y condición (con acceso a las redes sociales, claro). La respuesta al hashtag llenó nuestros muros de Facebook y nuestros timelines de Twitter de historias tremendas que, lejos de mostrar vulnerabilidad, nos unían hasta límites insospechados y ponían las denuncias en la agenda pública.

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Por eso que ahora Time, desde su posición de poder, haya decidido reconocer la repercusión que han tenido estas mujeres (y algunos hombres) pone de manifiesto una tendencia social que tiene como objetivo acabar con el machismo y el sexismo imperantes en nuestro mundo. Lo mejor es que este homenaje va dirigido solo a las caras más visibles de este movimiento, este homenaje incluye a todas las personas anónimas que se han atrevido a contado sus experiencias. Porque sí,  The Silence Breakers somos todas.

Su ira colectiva ha provocado resultados inmediatos e importantes. Por su influencia en 2017, son la persona del año en ‘Time’. 

Quizás esto le sepa a poco a muchas activistas, porque mientras estamos hablando de esto miles de mujeres siguen siendo acosadas y asesinadas y porque, efectivamente, queda muchísimo trabajo por hacer. Pero (sí, conmigo siempre hay un pero) que las valientes promotoras de un movimiento contra la violencia sexual a la que están expuestas las mujeres de la industria del cine, principal responsable del imaginario que manejamos (sobre todo) en occidente, hayan sido nombradas «persona del año» para una publicación tan popular como la revista Time, marca un precedente fundamental en la historia de la humanidad.

La verdad está sobre la mesa y ni la sociedad, ni los poderes políticos o judiciales, pueden mirar hacia otro lado. Ha quedado claro que unidas somos mucho más fuertes y ahora solo nos queda estar preparadas para el próximo paso. Así que, por favor, no quiero volver a notar como se subestima una de las luchas más justas de la humanidad, esa que reivindica un mundo mejor para todos y todas.