Resulta que ahora, en la sociedad 2.0, cada vez tenemos más conversaciones a través de redes sociales. La gente ya no se grita a la cara ni se sacan los trapos sucios tirándose de los pelos. Ahora la gente no se declara mirándote a los ojos (aunque yo soy de las románticas que aún confía en que queden hombres que así lo hagan), se declara dando likes a cualquier foto de Instagram. Todo el mundo se acuerda de tu cumpleaños porque Facebook se lo recuerda, pero ya son pocos los que aparecen en tu casa sorprendiéndote con una tarta y un tirón de orejas. La gente decide que quedarse hasta las 5 de la mañana hablando por whatsapp es mucho más divertido que llenar de risas la Gran Vía. Y a mí todo esto me da una pena tremenda.

Pero resulta también que en esta vida no todo es drama y el hecho de escondernos tras las redes sociales y los mensajes instantáneos, de vez en cuando, nos viene de perlas. Tres razones que así lo demuestran:

1. Tienes tiempo para pensar qué vas a contestar

2. Puedes mandarle pantallazo a tu amiga y entre las dos ingeniar la respuesta perfecta

3. Puedes dejar en visto a la gente y aquí paz y después gloria.

¿Que son unas razones de mala malísima y voy a arder en el infierno?, Pues sí, pero qué le vamos a hacer. La sociedad evoluciona y nuestra picaresca también. De ahí que hayamos ingeniado ciertas fórmulas o frases que nos salvan de mil apuros; además de las maravillosas prestaciones que nos ofrece el mundo 2.0. y a las que sabemos cómo sacar el mejor partido.

  • Utilizar el “jajajaja” como frase todopoderosa para todo.

Que te sueltan una guapada y no sabes por dónde salir: jajajaja; que te escribe tu crush y no te apetece quedar con el hoy pero igual mañana sí: jajajaja, que tu madre te manda un audio diciendo que es la tercera vez esta semana que se te olvida sacar la basura: jajajaja; que has soltado tú una guapada y quieres que no suene tan heavy: jajajaja

  • Zanjar conversaciones con un «ok» con el emoji del pulgar hacia arriba.

A mí os juro que no hay cosa que más rabia me da que la de que me contesten con el maldito dedito hacia arriba. Reconozco que yo también lo hago cuando el tema no me interesa o cuando sencillamente no quiero seguir hablando. Quizá sea por eso por lo que me ponga tan nerviosi que me lo hagan a mi.

  • Archivar chat.

Chica que vale que ya no vas a volver a hablar con él, que hay que asumirlo, pero igual es demasiado pronto para borrar todas las conversaciones en las que decía que eras la mujer de su vida; que a una le gusta de vez en cuando hacerse sangre pero sin necesidad de ver su careto en la lista de chat todos los días de tu vida. Por eso existe la maravillosa función de archivar: es un como, te dejo ahí hasta que se me pase un poco el disgusto.

  • Silenciar chat.

Gloria bendita en estado puro. Creo que no hay que reflexionar mucho al respecto ¿no?

  • Emoticonos a modo de comodín.

El emoji con la gitana bailando y el de la gota en la frente con sonrisa profident han salvado más amistades que el Diario de Patricia.

  • Tu mejor aliado: el mono tapándose la boca.

Siempre puedes acabar tu frase descarada con el mono tapándose la boca, así como que todo vale. Es como más cuqui ¿no? Como un ¡ups! que nos libera de todo juicio.

  • Perdona me quedé sin batería.

Creo que hay gente que está sin batería por los siglos de los siglos amén y eso no se vale; pero si en ese momento estás teniendo una conversación de las de: “Dios mío que paren el mundo que me bajo”, siempre puedes dejarlo en visto y volver cuando se calme la cosa con un: Sorry, me quedé sin batería.

  • Mandar tu ubicación en caso de emergencia.

Yo he de reconocer que soy un poco cagadita y que si quedo con algún tinderiano siempre, siempre, mando la ubicación a mis amigas. También sirve para que la gente no se pierda, pero eso siempre es secundario.

  • Mentir todo el rato. (Qué mal)

¿Cuántas veces has dicho que estás llegando y no has salido ni de tu casa? ¿En cuántos atascos has estado que fuesen realmente verdad? ¿Cuántas veces has estado en casa con fiebre y nos has podido ir a currar? A veces creo que el whatsapp no está hecho para mentirosos.

Imagen: El Guindilla
Imagen: El Guindilla

Vale que no son cosas de las que sentirnos orgullosos, pero chica, son solamente mentirijillas piadosas ¿no? (mono tapándose la boca) (Guiño, guiño)

Imagen de portada: Photo by Bence Boros on Unsplash