Lo que os voy a contar me pasó hace cuestión de casi un año en una tienda de Vigo. Llevo un añito indignada con el tema pero antes no conocía WeLoversize, así que me desahogo ahora. Además es muy probable que a más gente le haya pasado lo mismo y si es así me gustaría que lo pusierais en comentarios más abajo.

Para empezar: mido 1.56 y peso unos 60 y algo kg, suelo usar una 42. Vale que no tengo el cuerpo de un ángel de Victoria’s Secret pero tampoco veo lo mío como una talla del otro mundo.
 
El caso es que estaba yo de paseo por la calle de tiendas de Vigo y dije «uy, voy a entrar en esta tienda» (Stradivarius). Entro, rebusco un poquito y me encuentro una camiseta preciosa con una frase de estas geniales de Oscar Wilde. Busco talla y me encuentro una XS, una S y una M.
Voy a buscar a la chica de la tienda y le digo «disculpa, una talla más no tenéis?» y la dependienta con su cuerpo de Barbie y la mirada de asco más grande que me han echado en mi vida me dice «no perdona, más talla no tenemos porque eso sería ya talla para gordas». Lo escupió como si fuera una aberración llevar una L, un XL o lo que sea de ahí para arriba. Ahora os cuento que en aquel momento me fui corriendo de la tienda, porque tonta de mi, no fui capaz de presentarle una reclamación, que es lo que debería haber hecho en su momento.
Y ahora es cuando yo digo ¿qué coño pasa en la sociedad?. Ya para empezar, la chica no debería juzgar a nadie por su cuerpo, si soy gordita lo soy, y bien contenta que ando. Pero además, aunque ella pueda pensarlo, no tiene el derecho de tratar así a nadie, y mucho menos si trabaja de cara al público. Te callas y pones tu mejor sonrisa sin ofender a nadie, que es para lo que te pagan y no para humillar al personal.
Ya bastante mal se siente una a veces cuando no encuentra talla como para que aún por encima te suelten cosas de ese tipo. Estuve tiempo sin poder entrar en tiendas por ese mismo motivo, y ahora digo, por si alguien se siente igual que yo, que hagan caso omiso de gente así. Por suerte cada vez hay más tiendas abriendo mercado en las tallas grandes (que yo las llamo normales, que es mucho más adecuado que llamarle «talla para gordas» a una L). Las marcas deben asumir que no todo el mundo lleva una 32, y esa es una lucha que por desgracia vamos a tardar aún un tiempo en ganar. Y de verdad, que si a alguien le pasa lo mismo que a mi, le planten la reclamación que se merece, que no sean como yo y mis complejos que no fuimos corriendo por la puerta.
Muchas gracias, por el apoyo, por la página web, por el libro y por la visibilidad que le estáis dando a todo esto de una forma tan genial. Ayudáis a mucha gente (me incluyo) a poder mirarse al espejo y decir «joder, que yo también estoy buena».
Un besazo.

Ángela Carrera