Hablar de lo que voy a hablaros hoy, mis padawans, no me resulta fácil porque es un tema bastante duro y delicado. Se trata del gusto que tienen ciertos personajes por tocar nuestros cuerpos cuando no deben ni queremos que nos toquen. La historia empieza cuando hace unos días salta la noticia del vocalista de un grupo metalero llamado Architects que paró un concierto para denunciar que a una de sus fans le estaban tocando la teta (él lo señaló así, literalmente) mientras la chica estaba siendo llevada en volandas por el resto del público.

giphy

Aquí piensas “Joder, cómo se pasa la gente ¿no? Pues muy bien por el chico este del grupo”. Pues sí, hizo bien, porque eso es lo que hay que hacer en esos casos. Parar el concierto, el partido, la película o lo que sea y decir: “¡Eh! ¡Tú! Ceporro. No toques lo que no debes. No es táctil”. Este tipo de actitudes no son nuevas, ya lo sabemos. No es la primera vez que un artista detiene su actuación para advertir de una cosa así. Personalmente este asunto me recordó también a una agresión que sufrió la cantante Tarja Turunem en un concierto en México. “¡Qué fuerte! La agredieron en su propio concierto”, estaréis pensando. Pues sí es muy fuerte pequeñas y pequeños padawans, sí que lo es.

Como tampoco es nuevo que alguna mano tonta (por llamarla de alguna manera “suave”) se escape mientras tú estas tan feliz y extasiada viendo a tu grupo favorito y te toque el culo o lo que encarte. Pero tú, que estas en el séptimo cielo, dándolo todo, no te das ni cuenta. Si te das cuenta y te das la vuelta para partirle la cara al dueño de la mano tonta, te encuentras con uno o más maromos que se hacen los longuis. Si encima te encaras con él/ellos la culpa la tienes tú “porque a ver para qué te pones ese pantalón de cuero tan ajustado/falda tan corta”, o “porque yo no te he tocado, lo que pasa es que con esa cara estas desesperada/salida”, o “porque lo que a ti te pasa es que eres una feminazi histérica”. (Y cada vez que me dicen esto me dan ganas de responder: “es feminista, no feminazi” pero eso es otro tema).

c81bef7b3d10bf13609597f4d44795b3

“¿Pero tú no has estado nunca en un concierto o te has paseado por la calle y no te ha dado gana de tocarle el culo al machote que está delante de ti?”, os preguntareis. Pues mira alguna vez no voy a negar que no me hayan dado ganas. Pero como ese culo, ese cuerpo y a ese machote no los conozco de nada pues me estoy quieta por si la guantada me la llevo yo.

La cuestión de todo esto radica en que parece que nuestros cuerpos son como la deuda del país, públicos. No pasa nada si los tocan porque son de todos, ¿no? Pues no. Cada átomo de tu cuerpo es tuyo y solo tuyo. Cada centímetro de él es táctil sí, pero solo para quien o quienes tú quieras que los toquen nada más. Nada en este loco mundo le da derecho a nadie a tocarte si tú no quieres que te toquen. Eso es una cosa que tenemos que aprender y después enseñar al resto del mundo mis padawans. Educar a esas personas que no se han enterado de que tu culo, tu teta, tu toto o tu pito no son táctiles si tú no quieres que lo sean. Y ojalá algún día lo consigamos, porque si no me veo yendo a los conciertos con armadura medieval en lugar de con pantalones de cuero.

6f4a1d0d236739af47e18565b6301f6c

Autor: Psique W.