Somos un país de costumbres. Y de criticar, mucho. Y de dar nuestra opinión cuando nadie nos la ha pedido. Así que las chicas que tenemos una piel blanquita y nos negamos a tostarnos al sol o aplicarnos autobronceador tenemos que oír año tras año las mismas frases. (Eso sí, al menos no nos tenemos que preocupar de perder el moreno cuando termina el verano porque nunca lo hemos cogido.) Que si no hemos ido a la playa este año, que si a ver si cogemos color, parecerías más sana un poco más morena, que la piel se ve mejor, que si brillas en la oscuridad, que si tienes mala cara.
Querida amiga de piel pálida, te voy a contar una cosa. En Corea del Sur tu piel sería tu suerte y la envidia de todas las que tuviesen la piel más oscura. De la misma manera, la gente de los países que sufren por tener la piel oscura podría mudarse a Marbella y ser los reyes de las playas. Porque sí, ¡sorpresa!, hay países donde tener la piel morena está mal visto. Es incluso peor que ser blanca aquí. En los países asiáticos especialmente ponerse a tomar el sol será lo último que les verás hacer.
Parece que nos hayamos vuelto locos. Cada uno tiene lo que no quiere. Los escandinavos volviéndose locos por las playas del sur de Europa para intentar coger color y las indias rehuyendo al sol como si desprendiese ácido sulfúrico. Al fin y al cabo, todo se trata de cultura. En cada región del mundo el tono de la piel tiene un significado diferente. En muchos países de Asia y África, aún se asocia la piel morena con trabajar en el campo y, por lo tanto, ser pobre y paleto.
Tampoco nos echemos las manos a la cabeza porque esto ocurría en Europa hasta principios del siglo 20. La famosa belleza victoriana pasaba por tener la piel pálida y virgen de sol. En otros continentes se considera que la gente rica y de ciudad trabaja dentro de oficinas o edificios y, por tanto, no le toca el sol. Seguro que habéis visto alguna china o japonesa paseándose por sunny Spain sombrilla en mano. Y es que el tema es muy serio. En la India, una chica con piel clara tiene incluso más opciones para casarse.
Luego te vas al otro lado del mundo y te encuentras a los europeos y a los americanos absolutamente obsesionados con ponerse morenos. Algunos más que otros, todas conocemos a algún Valentino Garavani. En nuestra cultura, estar morena significa que tienes tiempo para tomar el sol y dinero para irte de vacaciones a playas paradisíacas (o a la playa, sin más). Consideramos que una cara morena se ve más sana y un cuerpo doradito da la impresión de estar más tonificado. Es curioso ver cómo los cánones de belleza cambian radicalmente de un lugar a otro y ninguno se distingue precisamente por aceptar y cuidar la piel tal y como es.
Porque con los estándares de belleza (imposibles) vienen las locuras. Seguro que todas tenéis esa amiga obsesionada con tomar el sol todo el rato todo el verano, sí la que se pone aceites potenciadores del bronceado con SPF 2 y gracias. Esa amiga que seguramente terminará como la amiga Magda de Algo pasa con Mary. Oímos a hablar de la tanorexia o la obsesión por estar morena. Os haré recordar a la Tanning Mom, esa señora de New Jersey con un color un tanto raro que decidió meter a su hija (pelirroja y blanca como la leche) en una camilla de rayos UVA. Incluso los autobronceadores (que nos salvan del sol y los rayos UVA) tienen sus riesgos químicos que pueden causar infertilidad y cáncer. Los irlandeses saben mucho de eso: son los mayores consumidores de autobronceador del mundo.
Las que quieren la piel blanca tampoco se quedan cortas. Las coreanas, en su obsesión con los productos de belleza, usan siempre maquillaje más claro que el tono de su piel y todas sus cremas llevan blanqueador incorporado. Tienen hasta chaquetas para ir en moto que tapan manos y cara, se hacen peelings y dermoabrasión en la cara y nunca salen de sus casas sin protector solar hasta las orejas literalmente. Desde que en 1978, Unilever inventara la crema blanqueadora Fair & Lovely (ojo al nombre) le han seguido miles de productos similares (incluso para blanquearte el chichi). En 2013, se consumieron en la India 233 toneladas de crema blanqueadora. Cremas que por cierto están hechas a base de mercurio y provocan leucemia, cáncer y eczema entre otras lindezas.
Ya que estamos, además de querernos como somos, con nuestros kilos y nuestras celulitis, ¿por qué no aceptamos también nuestro tipo de piel? Sea morena, blanca, nos quememos fácilmente o no. Conozcamos sus cuidados y mimémosla como se merece. Ya sabéis, la belleza viene en todas las formas y tamaños y colores.
