Hay quien cree que los estereotipos son cosa del pasado, que esta es la época más moderna de las épocas modernas: que todo se respeta y se ve con buenos ojos. Pero tú, querido buscador de la novia ideal, me vas a ayudar a desmontar este mito, ya que piensas que lo mejor sería encontrar a alguien tal que así:

  • Para tus padres: una muchachita educada, estudiosa, de familia decente (de esas donde no cuecen habas; de esas que yo no conozco, vamos), a poder ser con una estética discretita, sin muchos pendientes ni ‘tatus’ (puaj!), con poco que discutir y mucho que sonreír.

 

  • Para tus amigos, lo mejor sería una pibita que estuviera buena, que fuera guapa, con estilazo de vuestro rollo, que encajara bien con el grupo, que les riera las gracias, que se mantuviera al margen de lo que no le importa (por ejemplo, que no te exigiera demasiada atención, que no se metiera en cómo ellos traten a otras tías, etc).

 

  • Y para ti, además de que contentara a tooodo tu entorno, lo mejor sería que también contentara a la sociedad y te sirviera de florero, pero a lo moderno: económicamente independiente pero que no saliera mucho (total, ya te tiene a ti, ¿para qué querría salir de fiesta?), que sea ultramegadivertida y que no se ofenda por vuestras coñas de machotes, que esté buenísima pero que no tenga amigos chicos…

 

A ver, LO NORMAL.

Y entonces si has llegado aquí pensando, ‘sí, justo, algo así es lo que quiero para mi/para mi hijo/para mi hermano/para mi amigo/etc’, no has entendido nada, corazón: ESPABILA:

Las mujeres somos distintas entre nosotras, hemos roto la jaula hace ya tiempo, y cada vez quedan menos dentro de ella. Discutimos, nos quejamos, exigimos, peleamos, tenemos cuerpos y mentes diversas, vamos y venimos como y donde nos sale del toto y no nos conformamos. No somos floreros y nuestra estética depende exclusivamente de nuestro gusto… y del frío que haga en la calle.

Con todo esto, entiendo que es difícil que encuentres a esa “novia ideal” para ti y todos tus compañeros. Pero es por lo que te digo, cada vez quedan menos mujeres en la jaula.

Ahora, cada una somos nuestra propia MUJER ideal.

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