Ya he pasado los temibles y encantadores 30, y creo que es hora de confesar públicamente que jamás he logrado subirme a unos tacones de 12 cm sin caerme con el mismo ímpetu e intensidad que las Torres Gemelas.
Sí, estoy de acuerdo en que es ridículo por mi parte, también creo que debo deciros que en mis 30 años de vida sólo me subí en unos tacones que tuviesen la consideración de “TACONAZOS” un par de veces y, tras habérmelos puesto, la siguiente y apurada decisión fue quitármelos.
Tengo la suerte de rozar los 175 cm de altura así que el hecho de no usar estos inventos tan jodidamente incómodos (PARA MÍ) no me resulta para nada traumático. Pero lo que si me choca es porque tenemos esa idea de que una chica en tacones es SEXY y, en cambio, una chica en bailarinas o zapatito plano es ¿antisexy?.
Hay estudios que dicen que una chica en tacones exhibe de forma sensual su cuerpo y sus curvas se vuelven más atractivas. Así que, no seré yo quien diga lo contrario, pues quien soy yo para negar las conclusiones de estos estudios ‘científicos’.
Claro que no puedo evitar pensar que quizá sus curvas son más pronunciadas y se mueven más porque caminar sobre la punta del pie durante un buen rato, en mayor o en menor medida te acaba provocando un sentimiento de “ME CAGO EN LOS TACONES Y EN SU INVENTOR”.
Antes de que me digáis que no tengo razón, paraos a pensar en cuántas de vosotras lleváis en el bolso unas bailarinas o unas sandalias planitas por miedo a que esos tacones tan SEXYS os arruinen el día. Yo jamás llevo en el bolso unos tacones por miedo a que mis queridas bailarinas o zapatitos planos me amarguen el día y se me ponga cara de limón. Jajajjajaaj. QUIZÁS AQUÍ SE ENCUENTRE LA DIFERENCIA ENTRE LOS TACONES Y LA TIERRA FIRME.
