Antes de nada, prometo que no soy de las que quieren acabar con los hombres y continuar la especie a base de esperma congelado y fecundación in vitro. Es más, suelo llevarme mejor con los chicos que con las chicas, siempre he tenido más amigos que amigas y admiro muchas cosas de ellos. Creo que los hombres tienen que aprender de nosotras y también a la inversa. Creo que no somos iguales ni debemos serlo pero sí debemos tener el mismo trato, las mismas oportunidades y las mismas dificultades.

Este post solo pretende llamar la atención sobre comportamientos de algunos (muchos) hombres y lo que es peor, de mujeres también, que me van haciendo comprender por qué todavía, en la era de los teléfonos inteligentes, sigue habiendo mucho humano tonto del culo que hace que todavía sean necesarios el feminismo y el Lexatin.

He sido muy afortunada porque los hombres de mi familia siempre han creído en mí y han hecho todo lo posible para que tenga una educación y unas herramientas para poder valerme por mí misma y ser independiente. Pero cuando terminas tus estudios y sales al mundo, oh sorpresa, los habitantes de Atapuerca siguen entre nosotros.

Observo cada día comportamientos de mierda que me hacen preguntarme y preocuparme por si esa gente también vota igual que yo, si tienen hijos, lo que les estarán enseñando y si pueden reproducirse y así perpetuar su especie de lerdos.

No sé si dichos comportamientos son fruto de un cociente intelectual digno de un concursante de GH16, del miedo, de que la envidia les corroe-mi vida les agobia, o de la mala leche. En cualquiera de los casos, es preciso erradicarlos, al menos eso le encantaría a mi presión arterial, antes de que esto acabe como Puerto Hurraco.

Procedo a enumerar las joyas que cada día hacen que se me haga un poco más grande la hernia de hiato:

1.- “Mujer tenías que ser”

La gente que me rodea intenta convencerme de que, si tengo un desencuentro con otro conductor, tengo que callarme porque, si el tío se calienta y la cosa llega a las manos (¿en qué siglo vivimos?), tengo las de perder. NO ME DA LA GANA. Si tengo razón, tengo razón. Me da igual que el tío en cuestión tenga complejo de ni lo sé ni me importa el qué, me da igual si su coche es más grande y más caro que el mío, me da igual todo. Si yo tengo la preferencia y he tenido que dar un frenazo que me ha dejado hasta tupé para no comerme tu carrazo, cuando me has visto perfectamente, solo porque crees que la preferencia para las mujeres no existe, por lo menos no me voy a ir a casa sin ponerte la cara colorada. Pero si encima me sueltas “Sácate el carnet otra vez, BONITA”, habrás despertado a la bestia. True story.

hades
Yo cuando un macho alfalfa me echa encima su coche sin prioridad.

2.- “Corres/pegas/juegas/lloras como una chica”.

Seguramente ya hayas visto este campañón:

https://www.youtube.com/watch?v=pQishDaKLdM

Sino, HAZLO.

Qué cosa más tonta, ¿verdad? Eso es lo que enseñamos a los niños, que comportarse como una chica siempre es peor. Eso tiene que cambiar, a la voz de ya.

Quiero aprovechar para darte a conocer dos proyectos que luchan contra esos estereotipos, a mi entender, de forma muy inteligente, desde el juego y la educación: A Mighty Girl y Goldie Blox.

3.- “Las mujeres os distraéis, que si los niños que si no sé qué, y luego no llegáis a nada”

Sí, la frase es poco concreta, pero no le hace falta más. Me la dijo, a mí, tal cual, un profesor. Sí, un profesor. Con eso que vomitó por esa boca llena de dientes que tenía, intentaba justificar que en un trabajo por parejas, a mi compañero le puso un 10 y a mí no. Poco más que añadir. Normalmente tengo contestación para todo (que se lo digan a mi madre), pero he de admitir que en este caso me dejó sin palabras. Bravo.

4.- “No vas a poder con eso”

Oído en el parking de Ikea (muchas veces) cuando mi socia y yo cargábamos con las cajas de las mesas y sillas para la oficina. Por lo menos 10 transportistas nos llegaron a decir, de la puerta del Ikea al coche, que no íbamos a poder cargar las cajas. A uno de ellos le contesto “No te preocupes, estamos fuertes.” y me contesta “Sí, como el vinagre”. No me giré y le puse la silla strünjen de sombrero porque soy una persona pacífica. Habrías quedado mejor quedándote en un “Si lo necesitas, te puedo ayudar”. Pero gracias.

5.- “Quiero hablar con tu jefe” o “Felicidades por el trabajo” mirando al compañero con pene.

Varias amigas me cuentan que les ha ocurrido esto en repetidas ocasiones. Lo gracioso del caso es que ellas son el jefe, o ellas son las que han hecho y presentan el trabajo. Pero ¿cómo puede ser que una chica haya hecho esto, ella solita? Sí, amigos, se rumorea que hay mujeres que pueden hacer el trabajo igual, incluso a veces mejor que sus compañeros hombres. ¿Peor? también, por supuesto.

lucy liu
¿Te ha gustado el trabajo de mi compañero? No me digas.

BONUS TRACK: “¿Estás con la regla?”

BOOOOOM!!!

explosion
Apártate si no quieres que te tengan que extirpar metralla del hígado.