Es probable que hayas leído esta moñada, el marido que proclama a los cuatro vientos que quiere a su mujer con curvas. Que en el cole se reían de él porque le gustaban las chicas gordas. Ok. Vale, nos parece bien que digas que quieres a tu mujer, que te gusten las chicas gordas y hasta que seas un poco moñas. Nos parece bien que cada uno tenga sus gustos y no hay que juzgarlos. Y no nos hartamos de repetir que el que crea que las gordas, solo tienen novios gordos, está muy pero que muy equivocado.

Pero ¿por qué a tantas nos ha chirriado esta carta? Aparte de por el tonillo condescendiente (e incluso en algún momento un poco creepy fetichista) rollo «le quiero a pesar de sus defectos», que tú tampoco eres ningún adonis, querido. Pero es que la verdad, ¿no os ha parecido un poco desmedida la reacción? Lo viral que se ha hecho, la gente volviéndose loquer de emoción porque un señor dice que quiere a su mujer tal y cómo es. GUAU. Te gusta tu mujer, toma un pin, campeón. 

Pero ha sido sobre todo, al leer este de Tess Holliday comentario al respecto de un tweet, lo que me ha hecho decir JODER, ES QUE YA VALE.

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¿Por qué hemos de darle tantísima importancia a que un señor alabe el cuerpo de su mujer? La verdad que preferiremos una y mil veces que se haga viral un texto de una mujer que ha conseguido superar algún problema de autoestima, vencer sus complejos o que lucha cada día con ellos. Preferiremos mil veces, las fotos de chicas gordas en bikini que tienen que aguantar a los trolls y la gente gilipollas en general, que tratan de minar su autoestima, que las ponen en evidencia, que les acusan de chorradas tan grandes como promover la obesidad por el mero hecho de existir. Aguantar eso, sí que se merece que sea viral y todo el mundo se entere de lo que hay.

Preferiremos mil veces a hombres que quieren a sus mujeres sin necesidad de recordar todo el rato que están saliendo con una gorda. Hombres que ni se plantean esto.  Pero sobre todo, preferiremos mil veces que la sociedad no sienta la necesidad de someter los cuerpos de las mujeres a la aceptación de los hombres. Que se deje de premiar tan fuertemente a los hombres por cosas tan sencillas como querer a su mujer tal y cómo es. Y en cambio a nosotras se nos exija tanto y tanto y aún así, nunca sea suficiente.

 

Y por cierto, la publicación de Tess nos dejaba también una joyita sobre este señor tan majo

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