Que yo tenga un pandero acorde a mi talla no tendría que suponer un problema. Es lo normal, ¿no? Pues no, queridas mías, la vida no está hecha para personas con culamen.

1. Te miran mal si te sientas en el bus/metro/tren cuando va repleto en un asiento compartido con otra persona. Estimados compañeros de viaje: llevo todo el santo día trabajando de pie, estoy cansada como la que más y quiero sentarme, lo siento si mi pandero rebosa y tenemos que tener un poco de roce culero, pero no me echéis esas miradas que me vais a gratinar como a un queso en una pizza.

Debido a estas situaciones he tenido que desarrollar técnicas panderetales muy útiles:

Sentarte con un solo cachete, siempre que haya espacio para apoyar la otra pierna en el suelo (muy útil en asientos de pasillo).

Sentarte en ángulo de 90º. Esto quiere decir que un cachete va en horizontal, y el otro en vertical. Puede que vayas como la torre de pisa, pero al menos no invades tanto el territorio de la persona de al lado (muy útil en asientos de ventana).

También es cierto que te van a dejar más a tus anchas si hay otros espacios en lo que sentarse, normalmente te esquivan como el aceite al agua.

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2. Cuando estás sentada y la otra persona te dice: “Pero que alta estás, me siento bajita a tu lado”.  A mi este comentario me ha pasado ya varias veces, y me hace sentir fatal. A ver cómo se lo explico señora: mi culo es más grande que el suyo, es como si usted, querida mía, llevase dos o tres cojines debajo del pandero; pues claro que estoy más alta que nadie en la mesa, no hace falta que lo recalque mucho más.

Y de ahí salen dos problemas más:

A) Cuando los muslos no te entran entre la silla y la mesa. ¿Pero qué pasa en este mundo con los diseñadores de sillas y de mesas? Que solo hacen cosas para gente delgada o con culámenes pequeños? Señores mi culo va acorde al resto de mi cuerpo, si me ponéis una silla alta con una mesa baja ¡tachán! NO QUEPO. Mis muslos rozan contra la mesa, es más me podría poner la mesa sobre ellos como si fuera una bandeja.

B) Cuando te sientas y ves que la mesa está demasiado bajita. Pongamos en antecedentes: culo gordo, silla alta, mesa baja, apenas cabes y casi casi que estás viendo la mesa a vista de pájaro, ¿Cómo se supone que voy a comer yo aquí? Dan ganas de coger el plato con una mano el tenedor con la otra y comer como una chinorris, porque estoy imaginando más manchas en mi camisa que granos de arroz en una paella.

3. Si somos cinco en un coche, siempre hay alguien que te dice: “Ponte tú delante, de copiloto” (Que se va mucho más a gusto por cierto, pero no es por amabilidad, lo sabes tú y lo saben ellos. Lo decís porque sabéis que si fuera detrás os dejaría mucho menos espacio de culamen al resto,)

4. Cuando detrás de ti hay una pared y has sido de las primeras en sentarte. Has entrado fácilmente, pero ahora quieres ir al servicio y es imposible salir, estás encallada, tienes que levantar a la persona ( o personas) que haya a tu lado para poder salir, porque por mucho que te eches para atrás, no es lo suficiente para dejar un espacio por el que poder sacar la pierna y luego tu culo de ahí.

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Amigas culonas, ¿alguna situación que os ocurra con frecuencia y no esté aquí reflejada?

Ana Garín