Ojito al último ejemplo de gordofobia que nos hemos encontrado en el mundo de la moda (luego que si somos muy exageradas y mimimimi): una tal Zaihani Mohd Zain, que resulta ser crítica de moda, estilista y asesora de imagen de alto standig en Malasia (a la que no teníamos el placer de conocer hasta el día de hoy), ha dicho que las personas que pesen más de 60 kilos no pueden ir a ver los desfiles porque le molestan. Su explicación ha sido, literalmente, que «sus muslos se desparraman por los lados de las sillas y resulta incómodo para las personas que se sientan al lado». Sí amigas, todas estamos flipando fuerte.

Lo dijo en sus redes sociales y las críticas que le han llovido han sido tan brutales e inmediatas (NORMAL) que ha cerrado su cuenta de Twitter, ha puesto candadito en Instagram y ha restringido Facebook a tope (VALIEEEENTE), no sin antes intentar disculparse explicando que claro, una persona que no cabía en su silla le molestó, invadiendo su espacio, mientras intentaba ver un desfile. La culpa no es del tamaño o disposición de las sillas, no. La culpa es de la persona que tiene la desfachatez de pesar más de 60 kilos.

 

También intentó explicar que su queja iba dirigida a un señor y su manspreading (o esa es la excusa que ha puesto en una publicación de Instagram) pero resulta que su odio hacia lo que no entra dentro del canon de belleza adecuado según su sesgado criterio es tan fuerte que hace que se le nuble todo tipo de razonamiento lógico. Así que Zaihani, cariño, NO CUELA. Y no cuela, además, porque resulta que no es la primera vez que haces algún tipo de shaming contra corporalidades que no te gustan o apología de la delgadez en tu sector, con comentarios tan poco afortunados como este: «Controla tu peso. La gente puede decir que el tamaño no importa, pero ¿a quién queremos engañar? ¿Por qué crees que las grandes marcas de moda no se ocupan de las mujeres de talla grande?»

Ya sabéis, lo mejor es que no salgamos de casa por eso de no molestar a nadie que ahora resulta que las personas que pesamos más de 60 kilos tenemos la culpa hasta de que los señoros no sepan sentarse sin tocarle las narices a los demás. Yo me bajo del mundo.

¿Pero sabes qué Zaihani? Que muy a tu pesar nos vamos a seguir sentando donde nos salga del chichi aunque tengamos que aguantar a personajes de tu calaña… qué cosas lo de la diversidad corporal y lo de vivir en sociedad, ¿eh?

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