Pero por si todavía no había quedado claro, que te jodan 2016. Que hoy es sólo domingo, pero esto de cambiar de año es la excusa de muchos para hacer muchas cosas. Adelante con los propósitos, gente. Yo me conformo con ir aguantando cada vez a menos gente.
Y dicho esto, que le jodan a las fechas, a los números, a los dejo de fumar el día uno, a los «debo hacer esto» pero nunca «deseo hacer esto», a los dejo la dieta pa’l lunes que aunque sea día 1, que es domingo.
Que le jodan a los que piense la gente, a las putas convenciones, al me odio porque sí.
Que le jodan a felicitarle el año a la gente cuando te importa una mierda su vida y la persona en cuestión, también.
Que le jodan a las 4 uvas que no me comí, y a los 22 besos que me dejé de dar, porque los besos se dan cada día, no en una mesa solo porque el calendario ya no es el mismo.
Que le jodan a todo, que le jodan a mi vestido nuevo y al de todos, porque aquí nadie nos damos cuenta todavía de que eso no importa, que no importa.
Que me quedo con ese cruce se miradas que nunca llega a nada, me quedo con bailar, bailar mucho porque sí.
Que le jodan al último piti, al esto nunca ocurrió, al rencor y a esa persona que creía odiar pero que en el fondo me da pena.
Que le jodan al 2016 porque sí, porque me apetece, porque son las primeras navidades en que me doy cuenta de que el fin se año es otra tontería más en la que creía creer.
Cambia cuando te dé la gana. Cuando creas que es el momento. Las cosas no cambian los 1 de enero.

O sí.

Autor: Andrea Fernández.