Pues mira ¡no!  Querida dieta no soy yo, eres tú. Sinceramente lo nuestro ya lleva demasiado tiempo mal, y no creo que vaya a funcionar. Estoy cansada de ti, muy muy cansada. Eres desabrida, aburrida, monótona y siempre igual. No hay cambios en ti, no has sabido evolucionar para la vida que yo llevo ahora.  Te me quedas cada vez más corta. Me eres insuficiente.

Me impides tener vida social, no me dejas ir con mis amigas de copas, ni salir entre semana con ellas a lugares de comida rápida, ni siquiera puedo ir a tomarme un vino. Y los fines de semana ¿Qué? Me prohíbes salir de fiesta el viernes y el sábado noche, y yo necesito ¡Un domingo con resaca!

Antes mi vida tenía sentido, cuando los viernes cenaba hamburguesa y los sábados pizza… pero  ahora: lloro los viernes noche mientras como brócoli en ensalada y veo a los del Sálvame peleándose entre ellos. ¡Me obligas a ver telebasura!. Y los sábados aunque intente convencerte de que bailaré como si no hubiera un mañana y quemaré todos los gintonics que me beba si salgo, y que hasta que no los queme no volveré a casa aunque se haga de día… tu respuesta es “No”.

Y me obligas a levantarme pronto los domingos, a irme andar temprano como las abuelas, y encima cuando vuelvo no puedo hacer el vermut.

Me tienes encerrada contigo en casa, y eso no puede ser, vamos, que estoy pensando hasta en ponerte una orden de alejamiento. Y encima cuando estoy deprimida me tengo que dar un atracón de zanahorias. Que por mucho que sean naranjas ¡No son doritos!

Nuestra relación ha llegado a un punto que he empezado a serte infiel.  Si, a escondidas, cuando creo que no me ves.  Por las noches tengo sueños eróticos con bolsas de patatas, pasteles, helados, lluvias doradas de coca cola y batido de chocolate… Y he de confesarte que te he traicionado con los donuts, y no con uno, ¡¡sino con dos!! Creo que serás incapaz de perdonarme por eso.

Así que por los años que llevamos juntas,  y porque te he amado, te dejo ir. Si regresas algún día es que será nuestro destino, sino es que nunca lo fue.

Mejor dicho, vuela alto mi dieta, vuela y aléjate, que ya se sabe, que las segundas partes nunca salieron bien.

Emma Abril.