Hasta los 17 años viví en un pueblo de menos de 10.000 habitantes. Después me fui a vivir a Madrid. Estas son mis razones por las que prefiero la vida en una ciudad:

Identidad propia. No ser hija de nadie. La típica conversación de pueblo: “¿tú de quien eres?”. La hija del fontanero. La hermana de Pérez. La prima de la panadera. Empezar de cero en un lugar en el que no eres hija de nadie, sin referencias de ningún tipo, simplemente tú, mola todo.

identidad

Moda. Vestir como te da la gana. No solo me refiero a una estética poco habitual que en un pueblo puede ser juzgada, sino a vestir de cualquier manera. Ir a comprar el pan sin peinarte con a tranquilidad de que no conocerás a nadie.

VESTIMENTA

Shopping. Me encanta ir de tiendas a mi rollo. Que no esté la tendera de turno preguntándome por mi talla y por mis gustos con rintintín. Da lo mismo si quieres comprarte una braja-faja o un tanga de porno-star. En una ciudad nadie dedicará un segundo a tus compras. En un pueblo ya tienes la comidilla de las marujas para medio año por lo menos.

botas rojas

Estética urbanística. El urbanismo de las ciudades me flipa. Soy una enamorada de los neones, de la publicidad, de los grafitis, de los edificios con historia y de las callejuelas sin fin.

neon

Ligues. Lo que se resume en enrollarte con quien te apetezca. En una ciudad puedes cambiar de bares y de zonas de marcha sin problema. En un pueblo tienes los cuatro bares de siempre, con las mismas caras de siempre. Si te enrollas cada noche con uno, ya sabemos lo putilla que eres. En una ciudad no se entera ni dios de tu vida privada.

LIGUE

Amigos: En la misma línea, en un pueblo es complicado ampliar círculos. No digo que en una ciudad sea fácil porque tampoco lo es, pero hay más opciones. Mil cursos a los que apuntarte, mil talleres, mil actividades. Si decides no conocer gente nueva, es porque no quieres.

giphy_AMIGOS

Anonimato. El anonimato en general es sin duda lo que más me engancha de las ciudades. Ir en el metro sintiéndote parte del todo, pasear por la calle pensando en tus cosas, llorar en el parque sin que nadie te pregunte, reírte a carcajadas tu sola. Sentir que puedes ser quien quieras ser y que nadie te moleste.

anonimato

Recibimiento. Lo bueno de las grandes ciudades es que casi nadie es de allí. Hay gente de Sevilla, de Galicia, de Albacete y de Soria. Hay gente de Londres, de Berlín, de México D.F y de Shangay. Un mix de acentos y de orígenes que hace que el compadreo esté ahí siempre que lo necesitas. En una ciudad la gente te recibe con los brazos abiertos y te hacen sentir como en casa desde el minuto uno, mucho más que en un  pueblo.

 

Horario. Te puedes tomar un café andando la calle, un brunch en cualquier cafetería super cuqui, una pizza sentada en una plaza rodeada de Erasmus y bajar a por helado a las dos de la mañana. Esto es vida.

COMIDA

Y vosotras ¿sois de pueblo o de ciudad?