Si algo nos caracteriza a las Loversizers (o eso dicen) es que hablamos de todo sin pudor ni tapujos. Lo hacemos entre nosotras y lo plasmamos después en artículos como este que ven la luz sin saber muy bien por qué.

Todo comenzó cuando Andrea nos contó que en su cole, la primera mocica a la que venía la regla pasaba automáticamente al bando de las guays y el resto la idolatraban como si de Britney Spears se tratarse. Reconozco que fui la primera sorprendida. En mi colegio no solo NO molabas más por ser la primera en tener el periodo, sino que muchas lo ocultamos durante meses (algunas de mis amigas incluso años) ya que admitir ‘que ya eras mujer’ era motivo de vergüenza. El único beneficio que tenía era poder saltarte las clases de gimnasia mientras el resto sufrían saltando el potro. Como nadie lo contabilizaba yo llegué a inventarme reglas cada dos por tres para evitar a toda costa suplicios como hacer el pino con toda la clase mirando.

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El caso es que charlando sobre el tema nos dimos cuenta de lo diferente que fue para cada una ese paso que diría Julio Iglesias ‘de niña a mujer’…

María Escobedo: en mi colegio tener la regla no molaba nada. Yo fui de las primeras y me daba muchísima vergüenza contarlo.

Hasta unos años después, que ya empezaba a molar y era la que enseñaba a todas a ponerse los tampax. Daba clases en el recreo.

Todavía recuerdo con trauma el día que en un campamento mis compañeras encontraron mis compresas de noche. Fliparon en colores y quisieron saber de todo, ya era 1º de la ESO así que se podía empezar a tener la regla, pero poco.

Lara: yo puedo hablar desde el trauma de mi experiencia. Tuve que ocultarlo en consenso monjil con mis padres durante 3/4 años porque me vino TAN PRONTO que no querían que lo dijera porque se veían incapaces de explicarle a niñas de tercero de EGB qué era la regla y asustarlas. Consecuentemente, no hice gimnasia durante tiempo y me callé el secreto de los 8 a los 11. Luego, cuando con 11/12 empezaron las primeras, fardaban de que ya eran mujeres y yo parecía la típica vieja borracha divorciada al fondo de la barra del bar que les decía «no tienes ni puta idea de lo que hablas…»

Ana López: a mi me pasó algo parecido, tenía desarrollo precoz y me iba a bajar a los 7 pero consiguieron retrasarlo a los 9 para que creciese un poco más y no fuese tanto trauma. Yo lo de la regla lo recuerdo como algo traumático, me sentía como el bicho raro alto con tetas.

Elena: a mi me vino con 11 y me acuerdo porque fue una noche que tenía amigas durmiendo en casa y tuve pesadillas en las que me quedaba preñada del idiota de la clase.

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Analáctea: yo la tuve con 15 años, segundo de BUP, la última de la clase y ya pensaba que no me iba a venir nunca. Igualmente cuando llegó el momento me puse a llorar de la pena cuando mi madre me dio una compresa gigante, ¡que depresión! Me molaba ser una niña.

Carla: a mi me vino con 13, volviendo de la piscina estaba el bañador manchado y en mi negación pensé ‘Nop, esto no es la regla’, eché el bañador a lavar y me fui a dormir. Al día siguiente mi madre me dijo: ‘Hija, no tienes algo que contarme?’ y se lo soltó a todas sus amigas a pesar de que yo no quería porque yo era la mayor y ella estaba encantada con ese momento.

Paula: a mi con once y recuerdo que me pasé toda la noche llorando.

Encima mi madre me compró un paquete de compresas y me dijo, «hala, esta va a ser tu mejor amiga los próximos 40 años» y ya está. Delicadeza máxima XD

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Mireia: la roja me bajó por primera vez en 1º ESO. Disgusto total. Pero recuerdo que justo después de eso pregunté a mis padres si podía ir al concierto de los BackStreet boys (en segunda fila estuve). Fue un día de emociones fuertes.

Andrea: a mí me bajó con 11 años, edad normaloide. Lo más curioso que recuerdo es que me bajo por la mañana, antes de ir al cole, y mi madre me puso un salvaslip. Al volver del cole me llamó por teléfono (ella comía en el trabajo) y me explicó dónde estaban las compresas y claro, yo esperaba encontrarme algo tan moni como el salvaslip y al ver la compresa lloré y la destrocé muy fuerte. Mi padre no sabía cómo se ponía y mi madre tuvo que hacerme un radio-tutorial de cómo ponerme la compresa por teléfono.

Rebeca: A mí me vino a los 12, mientras veraneábamos en Menorca. Yo me cabreé y lloré, mi padre se emocionó y mi madre me compadeció, me puso una compresa y me dijo «Ya eres una mujer, empieza el dolor, bienvenida». Sí, mi madre es muy positiva.

Seguro que tú también recuerdas cómo fue ese día para ti.. ¿nos lo cuentas?