Mira que somos tontas, a veces, las mujeres. Pero no es culpa nuestra, sino de esta sociedad asquerosa que nos lleva diciendo toooooda la vida que ser gorda está muy muy mal y que lo único importante es estar delgadas. Así que, claro, esto nos lleva a cometer muchos errores, como por ejemplo el de hacer esas dietas totalmente absurdas, que no sirven PARA NADA y que lo único que hacen es cargarse nuestra salud y nuestra autoestima. Así que ahora te vamos a enumerar unas cuantas de esas dietas express que todas hemos hecho alguna vez Y QUE NO VALEN PA’ NA’. ¿Te suenan?

– La dieta Operación Bikini. Esta es de las favoritas de las revistas, que están desde Semana Santa diciéndote que, o te pones ya con el tema este, o te va a tocar quedarte en casa otro verano más, encerrada para que nadie vea tu culo de ballena, porque ya sabemos que las gordas en bikini es una cosa muy fea y que si no estás delgada tienes que taparte hasta las cejas y que te sude bien el chocho todo agosto en la intimidad de tu hogar. Ajá.

– La dieta de la piña/alcachofa/sirope de arce. ¿Quién no ha hecho alguna vez una de estas? Te dicen que alguno de estos alimentos es súuuuper diurético, y aunque tú no tengas ni pajolera idea de lo que significa eso, te pasas una semana a base de las latas de piña en su jugo de Mercadona (Sí, las del pack de 3, que sabemos que las conoces), esperando que llegue el milagro de la Navidad en pleno junio y te quite esa barriga colgandera que lleva 10 años forjándose a base de bien (y de Big Macs). ¡Claro que sí, guapi!

– La dieta pre-feria (o fiestas de tu pueblo/barrio/ciudad). Haber vivido en Sevilla durante casi 5 años te marca en muchos sentidos, como echarte bien de polvos bronceadores desde las 8 de la mañana o que la Cruzcampo te sepa a mierda en cualquier otro sitio que no sea allí. Pero sobre todo, había una cosa que me hacía mucha gracia y era que todas nos poníamos a súper dieta estricta de enero a abril para entrar perfectas en el traje de flamenca. Pero es que, viviendo en otros sitios, me he dado cuenta de que toda España tiene una fiesta importante, de esas en las que, aunque vivas en la conchinchina, te las ingenias para estar en tu pueblo en esas fechas, porque sabes que te lo vas a pasar de lujo pero, sobre todo, porque sabes que te vas a reencontrar con todos tus ex amores de juventud, con tus amigas de toda la vida y con mucha gente en general, y quieres que te vean DI-VI-NA. ¡Y no nos enteramos de que divina se puede estar en cualquier talla! Así que nos matamos de hambre durante el mes previo con la esperanza de que, cuando llegue la fecha, nos haya desaparecido la papada que nos dejó Papá Noel en 2001.

– La que empiezas el lunes para entrar en el vestido del sábado. Esta la hacíamos, sobre todo, en la adolescencia y los early 20’s, cuando no dábamos tregua ni un sólo finde. Los sábados eran sagrados en la discoteca y sabías que por la mañana ibas a pasar por el centro comercial a comprarte un vestido para estrenar esa noche, por lo que tenías que empezar a matarte de hambre desde el lunes. ¡Putas locas!

– La dieta pre-boda. Ya sea la tuya o la de tu prima, todas hacemos dieta antes de un evento importante, especialmente si se trata de una boda. Queremos entrar en vestidos imposibles y que cuando lleguemos al sitio todo el mundo nos diga lo delgadísimas y guapas que estamos, porque ya sabemos que para la gente esas dos cosas son sinónimos.

Total, que sea la dieta que sea, siempre repetimos la misma lógica, y es que no lo hacemos por nosotras mismas o por nuestra salud, sino porque vamos a acudir a un evento en el que nos encontraremos con mucha gente que nos va a juzgar a base de bien, y queremos estar deslumbrantes. ¿Quién nos metió en la cabeza que sólo se puede estar deslumbrante si se está más delgada? Pues eso, no sabemos quién fue, pero si le ven avísenme que le voy a aplastar la cabeza.

*Imagen destacada de la peli Mean Girls, aunque obvio que ya la conoces.