​De un tiempo a esta parte me he visto en distintas conversaciones en las que en una u otra frase necesitaba utilizar el verbo follar o la construcción verbal hacer el amorYo soy de usarlas como sinónimos, a pesar de todos los matices que podamos darle a cada uno de los verbos. Que sí, hombre, que sí los tienen, vaaale, pero a groso modo nos sirven ambos para hablar de sexo.

sexo follar hacer el amor

Me sorprende -asumiré mi prejuicio- que en estas situaciones, me he encontrado con más hombres con reparos a la hora de utilizar el verbo follar que mujeres. Mis teorías femiconspiranoides me sugieren que ellos están más programados para dulcificar el mensaje, para quedar mejor ante las castas mujeres… que, al menos la mayoría de las que conozco, en realidad usan el verbo follar sin ningún pudor y hasta lo hacen carne.

Recuerdo una cita en que salió una conversación parecida cuando el chico en cuestión, cada vez que yo decía follar, me sugería la expresión hacer el amor. Te juro que me quedé con ganas de montar una escenita infantil tal que así:
–Un día conoces a alguien, folláis…
–Hacéis el amor… –sugería, con el mismo tono con el que corregiría un «rompido» infantil.
–¿Qué más da? –protesté, ya un poco harta.
–Es que eso… –¡ni siquiera lo repitió!–suena mal… es más bonito hacer el amor.
Y entonces me autocontrolé para no repetir hasta el infinito: Follar, follar, follar, follar, follar, follar, follar, follar, follar, follar, follar, follar, follar, follar, follar, follar, follar, follar, follar, follar, follar, follar, follar, follar, follar, follar, follar, follar, follar, follar, follar, follar, follar, follar, follar, follar, follar…

 

Porque sí, podemos hacer el amor pero también follar con alguien a quien amamos, de hecho, yo ya he dicho que lo quiero todo, y, por supuesto, poder llamarlo como me dé la gana.