Mañana empieza el cole y yo iba a escribir un post sobre el coñazo supino que es preparar los uniformes, los libros, volver a los desayunos a gritos, a los fucking deberes, etc. cuando de repente me he acordado de MI vuelta al cole y he pensado en MI santa madre. Aquello sí que era horroroso, yo me quejo de vicio.

Nunca comí en el cole. Mi madre me llevaba a las 9, me recogía a la 1, me devolvía a las 3 y me esperaba a las 5 con el bocata listo. Yo dejo a mis hijos en el bus delante de la puerta de casa a las 8 y me los devuelven a las 6. Wonderful.

La Thermomix nos salva de la inanición o de la obesidad por ingestión masiva de pizzas precongeladas y fideos chinos. Nada que ver con aquellas albóndigas, las croquetas de pollo y esa paella cuya realización me parece más ciencia ficción que Star Trek.

golpe
Yo, el día que se estropeó la Thermomix.

Recuerdo a mi madre forrando libros durante horas con el aironfix, pinchando las inevitables burbujas. Yo ahora compro 5 paquetes de forro fácil y pim, pam, en 10 minutos libros listos.

Mi querida madre ponía mi nombre con punto de cruz en el baby, el pichi, los polos, el uniforme de gimnasia. DIOS DEL AMOR HERMOSO, lloro de pensarlo. Yo con mi sellito de tinta indeleble, zasca, zasca y zasca, Aguirre, Aguirre, Aguirre. Todo marcado en cinco minutos.

Igual que cosía mi nombre, cosía los bajos, las mangas si quedaban muy largas, los disfraces para los festivales que hacía con aquellos rollos de papel pinocho y venga máquina de coser a todas horas. Yo remango todo lo que no tiene la medida adecuada, compro los disfraces por internet y hay un pantalón que lleva 8 meses sin botón (os juro que va en serio). Intuyo que acabará en La Retoucherie junto con las otras prendas que nunca arreglaré por fácil que sea.

ya no hay madres como las de antes
Yo, cosiendo.

Por supuesto compro online y en 15 minutos tanto los forros, como el sello, las mochilas, los estuches, los uniformes y me llegan a casa en dos días junto con la compra del súper. Todo en El Corte Inglés, vaya a ser que gaste tiempo inútil cambiando de web. Esto no pasaba hace 30 años, cuando las mamis se pasaban una semana de tienda en tienda adquiriendo materiales y libros varios y cargándolos como bestias (los libros son la mierda más grande de todo septiembre. Está claro). Yo los compro en la web del cole y los cargo desde el bus hasta casa (unos 10 metros aprox.).

ya no hay madres como las de antes
Yo, cuando descubrí la compra online.

No tiene que ver con la vuelta al cole pero ¿alguien puede explicarme qué coño hacían los padres antes de comprar los juguetes de Navidad online? ¿Lo hacían en varios turnos para poder llevarlo todo? ¿Cuántas tiendas recorrían hasta dar con el coche teledirigido adecuado? Ahí lo dejo.

Vuelvo al cole.

Otro temazo son los piojos, los PUTOS PIOJOS. Hay una leyenda urbana que cuenta que las empresas farmacéuticas echan piojos en las puertas de los coles. Algo así pasa porque esto NO ES NORMAL, hasta mi cabeza han llegado este año. Al menos tienen la decencia de evolucionar con el antídoto. Echamos el spray, esperamos 5 minutos y parásitos fuera. A las malas y en caso de empiojado salvaje, les llevas a una peluquería de esas antipiojiles y te los fumigan en un plis plas. Pero hace 30 años para eliminar aquello era necesario un cocktail de vinagre, alcohol y zotal previo al despioje manual. Yo no entiendo como no nos dejaron morir devorados por los bichos.

ya no hay madres como las de antes
Un constante en mi infancia, allá en el s.XX.

Desde aquí quiero agradecer a las marcas de quitamanchas, a los fabricantes de lavadoras con programas atómicos que disuelven lo que se les ponga por delante, al creador de la primera secadora. Se acabó frotar con la mano, frotar con un cepillo y con Gior para luego hacer 500 lavados: uno con Blanco Nuclear, otro con Azulete, uno con lejía, otro con detergente,…

No nos confundamos, no digo que seamos peores madres que las nuestras. Este ha sido un post más nostálgico que otra cosa. Ahora curramos fuera de casa, somos Supermadres, algunas incluso tenemos vida. Es verdad, ya no somos madres como las de antes, NI FALTA QUE NOS HACE.