El abrigo: la capa que todo lo tapa

El abrigo, esa prenda maldita, que hace que creas que porque te tapes con él, tus lorzas no existen (ni crecen) en invierno.

Algo que nadie nos ha enseñado ni advertido, es que los abrigos hay que usarlos con precaución y cabeza. No hagáis como yo, que me planto el abrigo cada invierno, cometiendo el terrible error de creer, que porque la carne no se vea, no va a estar ahí el verano siguiente.

El abrigo es mi placebo de la gordura. “Ojos que no ven, corazón que no siente” ¿no? Pues yo, como no me veo, mando mi plan healthy a tomar por culo y me olvido de que la vida sigue bajo mi adorado trench. Si no fuese por que lo primero que me engorda es la cara, me pongo las pilas cuando veo que se me están poniendo mofletes de hamster. Suerte que eso siempre suele pasar tras las navidades, lo que me da unos mesecillos para pagar por mis pecados y no querer pasarme Agosto con jerseys de cuello vuelto.

Total, que por si fuese poco es el esfuerzo que tengo que hacer para no darme al libertinaje gastronómico (recordad que tengo alma de gorda), a mis tentaciones, tengo que añadirle una más: el abrigo. Pero como es algo que no puedo eliminar de mi vida por lo menos, que sea bien bonito. Así que aquí va una lista mis favoritos para esta temporada.